La selección cambió silbidos por aplausos en menos de un
año
Desde aquella fría despedida en el Monumental contra
Bolivia, al reconocimiento en cada presentación en este 2012; la noche
cordobesa fue una nueva muestra. Por Fernando Czyz / Enviado especial
El público cordobés ovacionó al equipo - AFP
CÓRDOBA.- Parece que fue hace mucho tiempo, pero pasó
poco menos de un año desde aquel encuentro en el estadio Monumental semivacío
con empate 1-1 frente a Bolivia, donde los murmullos y silbidos acompañaban a
la selección... Si bien este plantel argentino no enamora, desde aquel momento
acumula triunfos, recibe reconocimientos y aplausos por parte de su público y
Messi fue revalorizado al punto de ser el eje de las mayores ovaciones.
La cálida tarde y fría noche cordobesa del fin del
invierno no fue la excepción y, aquella ciudad que había dado una muestra de
respaldo el año pasado en la Copa América, vivió una nueva jornada con triunfo
y alegría que, de yapa, dejó al conjunto argentino como líder de las eliminatorias
que marcan el camino hacia el Mundial de Brasil.
Muy temprano en las calles de Córdoba se vivió una
sensación de algarabía porque la selección mudaba su fiesta a la provincia, que
se vestía con sus mejores ropas. En el centro de la ciudad, todo era celeste y
blanco.
Luego del mediodía, el peregrinar hacia el estadio fue un
incesante desfile de autos, aunque era inevitable que, por el horario de
jornada de trabajo, luego de las 18 se congestionaran las vías de acceso hacia
el Kempes.
Unos 2.500 paraguayos, invitados expectantes a una fiesta
ajena, fueron los más madrugadores en un estadio que abrió sus puertas cuatro
horas antes del puntapié inicial; aunque rápidamente los argentinos fueron
poblando las tribunas y ensayando los cánticos.
Aunque parecen fantasmas de un pasado lejano, es difícil
comprender de qué manera, más allá de los resultados positivos, aquel plantel silbado
y menospreciado tras el empate frente a Bolivia, hoy es ovacionado y sus
presentaciones tienen entradas agotadas hasta dos meses antes de sus
presentaciones.
El exitismo del triunfo, las mieles de las victorias y la
identificación creciente del público con sus jugadores son algunas de las
explicaciones para este cambio rotundo de escenario en menos de un año que
experimentó la selección de Sabella.
Pero además hay un factor esencial que explota este
contexto: Lionel Messi, el mejor jugador del mundo que pasó de ese disgusto en
la Copa América a este continuo reconocimiento en cada lugar donde se exhibe su
maravilloso juego con los colores celeste y blanco.
"Vení, vení, cantá conmigo, que un amigo vas a
encontrar, que de la mano de Leo Messi todos la vuelta vamos a dar" o
"Volveremos, volveremos, volveremos otra vez, volveremos a ser campeones
como en el '86" fueron los cánticos que, sumado a una catarata de aplausos
y la gente de pie como en un teatro al finalizar la función, fueron el fiel
ejemplo de un cambio de actitud que se gestó en menos de un año.
Fuente Cancha Llena
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.