Farías tuvo
una clarita el domingo. La tiró afuera.
Favio Verona
El Rojo es
el equipo con menos goles en este torneo.
Para Gallego es el déficit N°1.
Mala
puntería y falta de variantes.
Convertir se
transformó en una faena engorrosa para Independiente, le demanda un esfuerzo
colosal, desmesurado.
Con apenas tres goles en siete fechas, el Rojo es el
equipo que menos anotó en lo que va de este torneo Inicial, seguido por Unión
con cuatro.
Se trata de una cifra ínfima que revela el acuciante déficit que
padece el equipo.
Si bien en el primer tiempo frente a Boca generó varias
situaciones claras de gol (increíbles las que fallaron Farías y Rosales), a
Independiente le cuesta llegar con claridad cuando los rivales se cierran y no
dispone de espacios.
Américo
Gallego no posee muchas variantes en la delantera.
La partida de Facundo Parra
al Atalanta de Italia dejó un hueco difícil de llenar, ya que el punta había
metido 23 goles en 80 partidos jugados con la camiseta roja.
Además, cuando los
dirigentes y Cristian Díaz salieron en búsqueda de refuerzos establecieron un
orden prioritario e hicieron énfasis en la contratación de volantes y
defensores.
Hoy, los resultados están a la vista: la jugada no salió bien. Sólo
dos futbolistas de características ofensivas desembarcaron en el Rojo durante
el receso invernal: Luciano Leguizamón y Paulo Rosales. Ignacio Piatti también
estuvo en la mira, pero San Lorenzo ganó la pulseada y la CD no tenía un plan B.
Ernesto Farías es el único referente de área con el que cuenta el Tolo, ya que
prácticamente no tiene competidores por el puesto.
Durante el torneo, Patricio
Vidal y Martín Benítez alternaron como sus acompañantes, pero ambos carecen de
un capital intangible que los dirigentes consideran indispensable para afrontar
la difícil situación en la que está inmerso el club: la experiencia.
Preocupado
ante la coyuntura, Gallego decidió la semana pasada que Diego Churín vuelva a
entrenarse con la Primera, ya que últimamente integraba el plantel de la
Reserva.
Exceptuando
a Farías, en Independiente ningún delantero ostenta un registro de goles
copioso.
Rosales convirtió apenas 40 goles en los 234 partidos que disputó a lo
largo de su carrera, lo que arroja un promedio de 0,17 goles por encuentro.
Por
su parte, Leguizamón marcó 46 goles en 156 encuentros en Primera, con un
promedio de 0,30 goles por juego.
En lo que va del Inicial, el único delantero
que convirtió para el Rojo es Farías, quien estampó el 1 a 1 ante Quilmes.
En
este torneo, el Rojo superó su peor racha sin convertir goles en condición de
local con 511’.
De todas formas, la problemática no se circunscribe únicamente
a la labor de los delanteros. Más allá de las imprecisiones que exhibió el
Tecla en los últimos partidos, el equipo aún no encontró un patrón de juego y
como corolario la pelota les llega a cuentagotas a los puntas.
Ya es hora que
entre...
Fuente Olé
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