En el 2008, en una cena homenaje al plantel, Clausen le
preguntó a qué se dedicaba y él le contó que era arquero. Lo probaron y quedó
en el club.
Debora D’amato ddamato@ole.com.ar Mendoza
Gabbarini revive viejos tiempos de mozo en su Mendoza natal
y se ilusiona con un festejo con su familia en la tribuna. “Tenemos que reafirmar
la racha”, asegura.
Es mendocino, arquero y su corazón tiene dueño: el Club
Atlético Independiente.
“Independiente de Mendoza era mi casa pero cuando el de
Avellaneda venía a Mendoza por los torneos de verano, iba siempre a la cancha.
Hoy, estar acá, todavía me parece un sueño”, le confiesa Adrián Gabbarini, el
dueño del arco rojo, a Olé , con una bandeja en mano, reeditando viejos
tiempos. O no tan viejos...
-Además no hace tanto tiempo pasó todo eso...
-Cuando era muy chico era alcanza pelotas de esos partidos.
Parece que fue ayer. De hecho, mi historia con el Rojo se dio de una manera que
todavía me parece mentira.
Cuando Ricardo Bochini y Néstor Clausen estaban como dupla
técnica, allá por el 2008, conocieron a Gabbarini de una forma muy particular.
En un asado con el que homenajearon al plantel, Adrián hizo de mozo y el Negro
le preguntó a qué se dedicaba.
Le contó que era arquero y lo invitó al otro día
a una prueba. “No me dejaban entrar porque no me creían que iba a probarme. Se
creían que era un fanático... Después, es historia conocida y aquí estoy”,
cuenta, aún con tono incrédulo.
-Independiente nunca ganó en Mendoza...
-Jamás. Pero precisamos demostrar que lo que viene pasando
no es una casualidad. Goleamos a Racing y ahora debemos reafirmarlo. Algo
similar a lo que ocurrió post Boca. Son momentos clave para la confianza,
porque tenemos que reafirmar la levantada con una nueva victoria, y en un lugar
donde nunca la obtuviste es un plus.
-¿Suelen hablar entre ustedes de las rachas?
-Y, sí. Sabemos
que acá en Mendoza no se ganó y ahora queremos romperla. Tenemos que ganar sí o
sí. Lo sentimos, lo sabemos.
-¿Qué tiene de distinto jugar en tu provincia?
-Que va a
estar toda mi familia en la tribuna y eso es espectacular. Vienen mi viejo
(Edgardo), mi mamá (Norma), novia Gimena, mi hermano Martín y lo más
importante, viene mi hermana Noe con un embarazo de 8 meses. Tiziana está en la
panza, espero que la deje venir a la cancha, nos dé algo de suerte y nazca
después, ja. Además, la mejor parte es que termina el partido y me voy a casa
con mi familia. Y eso no tiene precio. Debo volver con una sonrisa, porque si
aparezco con cara de traste no me van a querer, ja.
MENDOZA (ENVIADA ESPECIAL)
Fuente Olé
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