¿Cual es tu sueño máximo como hincha?… “Y, salir campeón en
mi casa, frente al rival de toda la vida, darle la vuelta en la cara y mandarlo
a la B…”. Suena utópico, increible e imposible de que suceda. Sin embargo, un
solo club en el mundo se dió ese lujo y fue el Club Atlético Independiente.
El 22 de Diciembre de 1983, Independiente, que estaba
primero con diferencia de un punto de San Lorenzo y Ferro, jugó el último
partido del Campeonato Metropolitano contra Racing. Lo ganó 2 a 0, y de esta
manera se consagró campeón dándose el gusto de dar la vuelta olímpica frente a
su eterno rival y condenándolo a la segunda división del fútbol argentino, la
B.
Hecho que sin dudas, quedará marcado para siempre en la historia del fútbol
mundial, y en la memoria de todos los hinchas.
Como me voy a olvidar?!Este campeonato es histórico e
inolvidable para toda la hinchada del Rojo, y para los vecinos es una pesadilla
hecha realidad. El capo del barrio sale campeón, el vecino.... se vá a la B.
Esta es una fecha patria para el Rojo. Ese día, salió
campeón del Metro y dio la vuelta en la cara de Racing, que se iba al descenso.
Los protagonistas recrean ese momento de gloria.
El Gringo Giusti convirtió el
primero del Rojo en esa tarde inolvidable. 22 de diciembre de 1983. El día
soñado.
El día perfecto. El día que Independiente salió campeón del
Metropolitano y de paso se dio un gusto que muy pocos equipos -o ninguno- se
pudieron dar hasta ahora: despedir a su eterno rival de la Primera División.
Racing había descendido cuatro días antes cuando perdió 4 a 3 con su homónimo
cordobés y el bendito -el Diablo lo quiso así- fixture indicaba que tenía que
jugar su último partido frente al Rojo. Se imaginan la misma situación con un
Boca o River, o al revés. O que el Barcelona mande al descenso al Real
Madrid...
Por eso para los hinchas del Rojo quedó marcado como un día
histórico. "No pensé ningún planteo especial para ese partido. Con el
equipo que teníamos, los rivales eran los que tenían que preocuparse de cómo
enfrentar a Independiente. Nunca vi un clima tan especial.
Era una fiesta para
media Avellaneda y un funeral para la otra mitad.
Me dio pena por Racing porque yo había jugado en ese club.
Pero el ambiente era tan contagioso que me ganó la alegría y no paré de
festejar. La verdad, es que los hinchas tuvieron su partido ideal". A casi
16 años del partido, a José Omar Pastoriza todavía lo invade la nostalgia. El
Rojo llegaba un punto arriba de San Lorenzo y Ferro. Ganando daba su
decimoprimera vuelta olímpica en torneos locales.
De entrada todo se complicó. Los nervios y la ansiedad eran
mas para Independiente que para Racing. Es más, hasta los primeros treinta
minutos Gustavo Moriconi -reemplazó en ese partido a Carlos Goyén, el titular,
que estaba desgarrado- había trabajado más que su colega, la Pantera Rodríguez.
"Como jugador le quería ganar a Racing a muerte, más
que nada por la gente". Las palabras de Bochini reflejan la ansiedad que
por entonces tenían todos. Ansiedad que se veía reflejada en el partido. Los
problemas empezaron a resolverse cuando se iba la primera etapa. Apareció
Ricardo Giusti y puso arriba al Rojo. La tranquilidad invadió a la Doble
Visera, porque además, San Lorenzo y Ferro -los otros candidatos- empataban
contra Platense y Huracán.
El entretiempo entonces encontró a los hinchas del Rojo en
un éxtasis total y gozando a los diez hinchas de Racing que fueron a dar la
cara en el peor momento de la historia de su club. Fue tal la ansiedad de
algunos simpatizantes locales, que empezaron a invadir la cancha con el partido
sin definir. Por eso el árbitro, Carlos Espósito, debió para el encuentro dos
veces. La gente quería sacarles la camiseta a sus jugadores. Clausen entró en
una crisis nerviosa y hasta recuperó la Diez del Bocha.
Pastoriza imploraba para que los invasores regresen a su
lugar de origen. Fueron 10 minutos de peleas y empujones. Hasta que apareció
Enzo Trossero. El capitán se cansó de tantas interrupciones y le metió una
trompada a un hincha que estaba con un par de copas -claro, si era hincha de
Independiente- de más. "Espósito me había advertido que iba a suspender el
partido.
Nosotros veníamos de dos frustraciones por los campeonatos
que perdimos con Estudiantes y teníamos mucha ansiedad por salir campeones. Por
eso me puse loco y le pegué. Al pobre muchacho lo tuvieron que sacar casi
desvanecido", recuerda Enzo.
Ahí se reanudó el partido, y justo fue el Vikingo quien
aseguró el triunfo. Ya no importaba que San Lorenzo le ganara 2 a 0 a Platense,
porque el Rojo ya era inalcanzable. "Con el 2 a 0 respiramos. Pudimos
haber hecho más goles, pero nos dedicamos a controlar la pelota porque ambos
equipos queríamos que terminara el partido cuanto antes".
El mérito de ese equipo fue que luego de perder dos
campeonatos seguidos, se recuperó con un fútbol brillante y de alto vuelo. Para
nosotros fue el trampolín a la Copa Libertadores que ganamos y luego nos
llevamos la Intercontinental con al Liverpool", cuenta Burruchaga. 22 de
diciembre de 1983. Un día histórico para todos los hinchas de Independiente,
que por siempre le recordarán y gozarán por aquella tarde a su rival eterno.
Por eso las palabras de Claudio Marangoni reflejan el
sentimiento popular del Rojo: "No me alegré de la desgracia ajena. Porque
significaba que no íbamos a jugar con ellos al año siguiente y era una
tristeza... porque estábamos acostumbrados a ganarles siempre...". 22 de
diciembre de 1983. Doce días después de que la Argentina recuperara la
democracia, Independiente tuvo su fecha patria.
Fuente SoyDiablo
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