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lunes, 18 de abril de 2022

Historias:Pedro Monzón de albañil a jugar la final del Mundo


Por Antony Callero


No fue nada fácil para Pedro Damián Monzón, hacerse un lugar en el fútbol. Tuvo que pasar por un montón de situaciones y vivencias, que realzan aún más su carrera.

 

Comenzó jugando en Huracán de Goya, su pueblo natal, en Corrientes. De familia muy humilde, a los 15 años emprendió rumbo a Buenos Aires en busca de un futuro mejor, trabajó de albañil para hacer la moneda, y alternaba los ratos libres con el fútbol. Probó en varios equipos pero no tuvo fortuna.

 

En 1977 se probó en Rosario Central, donde logró quedar. Vivía en una pensión junto a otros conocidos como Jorge Balbis, Mario Cornaglia, Pedro Argota y José Celiz.

 

Les daban el almuerzo y la cena, por lo que para conseguir un peso extra limpiaba vidrios en tiendas de Rosario, y así poder solventarse.

 

Dos años después Central lo dejo libre, tenía 17 años y regresaba abatido a su Goya natal, sentía que el fútbol ya no le daría más oportunidades.

 

Sin embargo no tenía pensado resignarse, regresó a Buenos Aires para trabajar como albañil, esperando una nueva oportunidad en otro club.

 

A fines de Marzo de 1980 surgió la posibilidad de probarse en Independiente, donde a Nito Veiga le bastó solo 20 minutos verlo, para decidir fichar a aquel morochito humilde de Goya.

 

Su ascenso fue meteórico, en 1981 Pedro Monzón ya estaba jugando en Primera en el club de Avellaneda, con el cual ganó todo, campeón Metropolitano 1983, campeón de la Libertadores y la Intercontinental en el 84.

 

Ya por ese entonces había sido convocado para la Sub 21 de Argentina que jugó el Torneo Esperanzas de Toulón en 1983, los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988 y la Copa América de 1989, hasta que llegó el momento sublime, cuando Bilardo lo convoca para el Mundial de Italia 1990 como uno de los zagueros titulares.

 

Si bien le queda aquel momento amargo de la expulsión en la final ante Alemania, el recuerdo de haber jugado una final del Mundo junto a Diego Maradona, a quién considera el mejor jugador de todos los tiempos, será un recuerdo imborrable en su memoria.

 

Además de Independiente jugó en Unión de Santa Fé, Barcelona de Guayaquil, Huracán, Quilmes, Atlético Tucumán, Alianza Lima y Santiago Wanderers de Chile, donde culminó su carrera en 1996, tras dar positivo en un control antidoping.

 

Reconoció públicamente su adicción a las drogas, y casi en la ruina Arsenal le dio la posibilidad de salir a flote, brindándole un lugar para vivir, y entrenando formativas.

 

Se volcó al culto evangélico, junto al Pastor Hugo Giménez, y de a poco fue saliendo de esa situación tan complicada. Dirigió varios equipos, entre ellos a su querido Independiente, aunque su pasó fue muy corto.

 

La vida de Pedro Monzón…una vida de película

 

 

Fuente Historiasyanécdotas.com


 

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