Por Favio Verona
El entrenador del Rojo dijo que en el segundo tiempo se vio
el juego que pretenden y terminó hablando con hinchas de peñas a la salida.
Desahuciados. Golpeados. Con el alma herida y cierto dejo de
resignación. Así terminaron los hinchas de Independiente luego de la dura
derrota frente a Racing por 2-1 en el clásico de Avellaneda. Los hinchas se
tragaron el veneno y la bronca por la caída y el estadio quedó en silencio. No
hubo silbidos. No hubo insultos. No hubo reprobación, pero sí se percibió
disgusto ante un golpe que fue demoledor.
Eduardo Domínguez se lamentó, pero desde su rol intentó
mostrar entereza.
"Hay que seguir. Tenemos que levantarnos nuevamente,
seguir trabajando y mejorando. Los errores y las equivocaciones son diferentes,
no son las mismas que al principio. Nos dolió perder el clásico y nos duele aún
más por cómo fue el segundo tiempo. El equipo mostró lo que pretendemos, pero
bueno, nos sigue faltando", comentó el entrenador.
Desde la llegada del Barba, el Rojo ganó un partido, empató
cuatro y perdió dos. Ahora son cinco los encuentros que lleva sin victorias y
el objetivo de dar pelea en la Copa de la Liga ya parece ser una utopía.
"Tuvimos nuestro momento en el partido, fueron como 20
minutos en el segundo tiempo en el que generamos las situaciones más claras y
no lo supimos aprovechar porque el arquero estuvo muy bien, porque el palo nos
negó el gol. Si nosotros en ese momento hubiésemos sido eficaces podría haber
sido diferente. Pero no lo fuimos y tenemos que aceptarlo. En el primer tiempo
el gol tempranero, que llegó por un error nuestro, nos golpeó y eso se vio
reflejado en la cancha. El segundo tiempo es lo que pretendemos y lo que
queremos ser. Nos quedamos a medias", analizó el técnico.
La charla del técnico con los hinchas a la salida
Domínguez contó el motivo por el que decidió sacar al
capitán, Lucas Romero:
"Lo saqué porque había terminado el partido anterior
con una molestia en un tobillo, terminó haciendo un gran esfuerzo al
sobrecargar una pierna y por eso salió por precaución". Luego de la caída,
el entrenador bajó del micro para hablar en buenos términos con hinchas de
peñas del interior que incluso le agradecieron por el intercambio de palabras:
"Ya me había tocado vivir estos clásicos desde adentro
en mi época de jugador. Y desde afuera es diferente. Lo de la gente es
extraordinario, pero no podemos regalarle lo que merece".
El técnico prometió que se van a poder de pie:
"Nos vamos a levantar. Seguiremos yendo para adelante
porque esto continúa y debemos empezar a preparar lo que viene. Ahora vendrá la
Copa Argentina, después la Sudamericana. Y tenemos que competir. Lo que se vio
en el segundo tiempo fue bueno. Nos tenemos que animar a más, hay que hacer más
y debemos dar más".
Fuente Olé
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