Por Gustavo Veiga
Un combo que incluye más dinero, cuestiones legales y
conflictos de intereses
La rescisión del vínculo con Disney-Fox sorprendió por la
osadía de los dirigentes, históricamente dóciles a TyC y Clarín. Se viene
Turner como único dueño de los derechos y el fútbol podría volver a la
Televisión Pública.
Los dirigentes argentinos votaron la rescisión del contrato
antes del sorteo del nuevo torneo en Ezeiza.
El fútbol argentino siempre se rigió por el sálvese quién
pueda. Si se aplica el parámetro del tamaño (en ingresos, convocatoria,
capacidad de lobby) Boca y River tienen más posibilidades de salvarse. Los
demás clubes vienen lejos detrás, en un degradé donde Racing o Independiente
pesan mucho más que Arsenal –ya sin Julio Grondona– o Defensa y Justicia. Aún
divididos, casi todos -menos los dos de mayor audiencia, Estudiantes y Talleres
– votaron el viernes rescindir un contrato clave para la AFA: es el que mantenían
con la corporación Disney por los derechos de TV y que finalizaba en 2022.
¿Qué llevó a la mayoría a tomar esta medida, firme pero
osada, si se toma en cuenta la docilidad histórica que siempre tuvo la
dirigencia con los dueños del negocio televisivo? Una es elocuente: el fútbol
no cobraba lo suficiente por un contrato en pesos que se fagocitó una
devaluación imparable. La otra es de orden legal: la Comisión Nacional de
Defensa de la Competencia (CNDC) rechazó la fusión entre Disney y Fox, dueños
del 50 por ciento del convenio firmado en 2017 para transmitir los partidos. La
otra mitad la tiene Turner, tan estadounidense como aquellas y que ahora se
convertirá en la gran ganadora. Hasta ahí todo parece legítimo. Oferta y
demanda; pero también deslealtad comercial –como aduce la AFA– porque no se la
notificó del control casi monopólico que hubieran gozado las dos primeras
cadenas cartelizadas. Tal vez los dirigentes temían la repetición de experiencias
negativas del pasado.
Este conflicto de intereses dejó en evidencia cómo funciona
el mercado cuando el Estado se corre o interviene, según quién gobierne. Hace
tres años y en plena pandemia económica macrista, los clubes quedaron a la
intemperie, sometidos cómo estaban a políticas que arrasaban derechos de
personas o instituciones. El 24 de febrero de 2017, 68 de los 70 representantes
en la asamblea de la AFA dieron de baja el programa Fútbol para Todos y
salieron a buscar socios para venderles los derechos de TV. Desde la Casa
Rosada no les habían dejado otra salida. No se pondría más un peso bajo el
argumento de que "el dinero iría a la construcción de escuelas y
hospitales" (sic). Tampoco –hay que decirlo– hubo gestos notorios de rebeldía.
Apenas una abstención y un representante que se retiró de aquella asamblea a la
hora de votar. De apuro, los clubes firmarían días después el acuerdo con
Turner y Fox, ahora sometida al emporio Disney.
Sabían que firmaban un contrato cuestionable –ante la retirada
de un Estado desguazado por Macri– y que con el tiempo rechazarían porque quedó
desactualizado. Nicolás Russo, el presidente de Lanús, se lo explicó a
Página/12: “Queremos mucho más dinero. Diría que como mínimo el doble de lo que
estamos cobrando por los derechos de TV. Son valores muy bajos. Deberíamos
estar triplicando lo que ganamos”. Los dirigentes siempre recelaron de sus
socios, las distintas empresas que manejaron el producto desde mediados de los
años ‘80 hasta hoy: Torneos y Competencias (TyC), Televisión Satelital
Codificada (TSC) -la sociedad de aquella con el grupo Clarín-, Fox y Turner.
Sí desconfiaban durante el período 2009-2015 mientras estuvo
vigente el Fútbol para Todos, no lo decían. Había una diferencia con los
privados. El Estado no es dueño de empresas de cable. Pero el grupo Clarín que
distribuye los contenidos de Fox y Turner sí lo es. El principal operador del
país, Cablevisión, tenía 3,3 millones de abonados a fines de 2019, según los
últimos reportes difundidos. Para la AFA ese mercado siempre fue inabordable.
Nunca creyó en las cifras de hogares que pagan el servicio de cable, según les
informa el grupo que controla Héctor Magnetto.
Si todo continúa como esperan Claudio Chiqui Tapia y Marcelo
Tinelli -los dos principales negociadores con Turner-, los derechos de TV se
prorrogarán como señala el contrato antes de que este finalice en 2022. Para
ese momento habría un único beneficiario: la poderosa AT&T que compró a
Time Warner con HBO y DirecTV como socios estratégicos. La opción de renovación
es hasta 2027. La sociedad Disney-Fox intentó aumentar el monto a pagar ahora
con un adelanto del 50 por ciento del contrato futuro pero recibió una
“negativa”, le dijo Russo a este diario. El presidente de Lanús señaló al de
River, Rodolfo D’Onofrio, como el gestor de esa iniciativa: “Él nos trajo una
propuesta que nos adelantaba el 50% de lo que teníamos que percibir en el 2027,
el último año de contrato”.
Es posible que se venga una demanda contra el fútbol. El
grupo Clarín se la inició a la AFA cuando perdió en agosto de 2009 el contrato
de TV que pasó a manejar la jefatura de Gabinete durante el gobierno de
Cristina Kirchner. Eran tiempos del Fútbol para Todos que por ahora no volverá
en su formato original, pero sí es posible que en grageas. Altos dirigentes del
gobierno, conocedores de la pasión que representa el fútbol, alientan la
posibilidad de que algunos partidos sean transmitidos por la Televisión
Pública. Pero la mayoría serán emitidos por TNT Sports que ya está mostrando la
leyenda “el canal del fútbol argentino”. Un anticipo de lo que vendrá.
El “grave incumplimiento” que señaló la AFA para romper su
sociedad con Fox-Disney basándose en la falta de información sobre aquella
fusión, fue la coartada necesaria para patear al tablero. El contrato obligaba
a las empresas a comunicar cualquier cambio en el status societario dentro de
un plazo de 30 días. Disney, la nueva propietaria de los derechos los pondría
en la pantalla de ESPN – su controlada-, pero Defensa de la Competencia le dijo
que no. “El poder de negociación de la entidad fusionada también estaría
reforzado por el hecho de contar en su portfolio de señales con Fox Sports
Premium, que cuenta con la exclusividad de la mitad de los partidos de la
Superliga Argentina de Fútbol, torneo de mayor relevancia del fútbol a nivel
nacional”, explicó la CNDC. En otro párrafo de su resolución agregó: “Dado que
las señales Espn y Fox Sports son los competidores más cercanos en el mercado
de señales deportivas, la operación de fusión elimina a un competidor
relevante. Por consiguiente, la operación tendría como consecuencia el
incremento sustancial de la concentración en el mercado de señales deportivas”.
Decidida la rescisión del convenio que duró tres años, los
dirigentes ahora van por el nuevo acuerdo con Turner y el reparto más
equitativo de las ventajas que obtengan. River y Boca no piensan lo mismo.
Russo les recordó dónde está la mayoría de los veinte clubes que votaron
terminar con Disney, el gigante de la industria del entretenimiento. Pero
además los acusó de “cobrar dinero por afuera”. “Queremos hacer las cosas de
forma transparente”, agregó el presidente de Lanús, un hombre que en el fútbol
es una de las pocas voces que se escuchan de un rebaño silencioso.
Fuente Página 12

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