Por Carlos Perez
Lucas Pusineri, técnico de Independiente, se refirió al
equipo en épocas de cuarentena obligatoria y a la milagrosa clasificación en
Brasil ante Fortaleza.
“La vuelta al fútbol va a ser rara pero todos vamos a estar
en la misma coyuntura”, arrancó Pusineri en Basta de todo y luego agregó:
“Lo económico va a ser un poco agresivo”.
Acerca de la actualidad del plantel reconoció:
“Es un momento difícil, en el que cada uno tiene que hacer
lo mejor posible. Yo por ejemplo tengo suerte porque acá tengo espacios y hay
jugadores a los que les pasa lo mismo y pueden prepararse mejor, pero otros no.
Por ejemplo Domingo Blanco está entrenando en un balcón”.
El momento más emotivo de la nota fue el recuerdo de su
abuela, algo que surgió porque en el programa de Matías Martin hay una sección
muy bonita en la que los oyentes llaman a sus abuelos para decirles cuanto los
quieren, algo que motivó al técnico de Independiente.
El entrenador de Independiente sorprendió refiriéndose al
gol de la clasificación ante Fortaleza:
“El gol no lo hizo Bustos, lo hizo Nelly, mi abuela, yo no
tengo dudas”, expresó y luego siguió:
“El pase de Fabri termina rebotando en un jugador y le pasa
por arriba al arquero. Pegó en el palo y entró. Fue increíble”.
A partir de ahí se prendió en una charla muy sensible:
“Yo con ella tengo una conexión muy fuerte que tengo siempre
presente, yo levanto la vista y veo esa estrella. Y en ese momento, fue así, le
dije abuela sacame de este quilombo, le pedí que me salve y llegó el tanto”.
Luego dio detalles de cómo se llevaban:
“Enviudó a los 50 y le dedicó su vida a los tres nietos. A
mi me llevaba a entrenar, me jugaba y me cuidaba cuando mi mamá no podía. Yo
viví con ella hasta los 41 años y me siento dichoso. Con mi mujer, con la que
estoy hace 9 años se llevaban muy bien”.
Por último recordó una anécdota muy curiosa que tiene con
ella y que refleja cómo era:
“Una vez jugando a la pelota tiré la radio que había en
casa, cayó de frente al piso. La paramos y acomodamos como pudimos. Cuando mi
viejo vino la prendió y arrancó de casualidad, pero al otro día se rompió. Por
supuesto que no dijo nada, como cuando hacía lio en el colegio y ni mi mamá se
enteraba porque ella le decía que estaba todo bien”.
Fuente Orgullo Rojo
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