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lunes, 23 de marzo de 2020

El home office de Pusineri


Pusineri con sus hijos, Ciro y Roque.

Por Favio Verona

El técnico del Rojo aprovecha para dedicarles tiempo a sus hijos, pero no se desconecta del trabajo: monitorea los entrenamientos de cada integrante del plantel, habla mucho con los jugadores y planifica el futuro con Burruchaga.

La casa que Lucas Pusineri tiene en Cardales se ha convertido prácticamente en un centro de cómputos. Recluido en su hogar por la cuarentena, el entrenador no se desconecta de su trabajo y monitorea todos los días los entrenamientos individuales de sus futbolistas.

El técnico del Rojo creó algunos grupos de WhatsApp mediante los que se mantiene en contacto permanente con los jugadores y también con cada integrante de su cuerpo técnico. Para evitar que el plantel pierda la línea, el preparador físico, Ariel Pericarari, les envía a los futbolistas rutinas de entrenamiento para que las lleven a cabo en sus casas. El entrenador de arqueros, Leo Díaz, dispuso ejercicios de reacción mediante modernos juegos de luces. El neurocientífico colombiano Carlos Gutiérrez, a quien Pusineri trajo desde Cúcuta, también planifica rutinas para mejorar la percepción sensorial. Todo eso es supervisado por el entrenador. Antes de la cuarentena, algunos futbolistas fueron provistos de elementos de gimnasio acercados por la institución.

¿Cómo se cerciora el cuerpo técnico de que los jugadores están cumpliendo con los entrenamientos? Los jugadores envían todos los días videos de los ejercicios que realizan. Además, los datos de cada entrenamiento son controlados a través de sistemas de GPS que miden desde el gasto calórico hasta las pulsaciones. De esa forma, Pusineri constata que todos realicen los trabajos aeróbicos y anaeróbicos necesarios para mantener activas las fibras musculares de contracción rápida y lenta. Más allá de los esfuerzos por no perder el estado físico, los profesionales saben que para recuperar el ritmo de competencia lo ideal es disponer de al menos un día de entrenamiento por cada jornada de cuarentena con el fin de reacondicionarse.

En sus ratos libres, Pusineri juega a la pelota en el jardín de su hogar con sus hijos, Ciro, de cinco años y Roque, de dos. Allí también realiza algunos entrenamientos de mantenimiento físico junto a su esposa, Romina Bergdolt, quien además es gourmet. Por las tardes, el entrenador suele sentarse a revisar la información sobre los entrenamientos de sus dirigidos y también aprovecha para ver videos y analizar con detenimiento cada uno de los partidos de su ciclo junto a sus ayudantes, Rubén Tanucci y Matías Villavicencio, con quienes se mantiene en contacto gracias a la tecnología. El DT también ha mantenido conversaciones con el nuevo manager, Jorge Burruchaga, para ponerlo al tanto de todo y comenzar a planificar el futuro. Ambos se conocieron en 2005, cuando Burru dirigió al Rojo.

En cuarentena, Pusineri igual aprovecha el tiempo. Y trabaja para seguir esculpiendo el Independiente que quiere ver.


Fuente Olé

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