La declaración de Pablo "Bebote" Álvarez y la
confirmación de Damián Langaronne destaparon una operatoria con las entradas
que pudo haber reportado ganancias millonarias en las semifinal y final de la
Copa Sudamericana: los detalles de la investigación
Por Gustavo Grabia
La semana pasada, cuando el termómetro marcaba 35 grados a la sombra, Pablo "Bebote" Alvarez decidió que era tiempo de prender el ventilador. Suponía que podía refrescar así su agobiante situación judicial, que lo tiene preso por dos causas vinculadas a Independiente: la extorsión al técnico Ariel Holan y la asociación ilícita en la que está involucrado junto a la cúpula de la barra y al dirigente Noray Nakis. Pero no le funcionó: mañana a primera hora los fiscales Viviana Giorgi y José Luis Juárez pedirán al juez Gabriel Vitale que le confirme la prisión preventiva en este último proceso, agravando aún más su endeble realidad. ¿Por qué si brindo algunos datos sobre su relación con el club no obtendrá beneficio alguno? Simple: porque "Bebote" sólo puso el ventilador de cinco velocidades en uno, dando grageas de lo que sabe como para avisarle al mundo del "Rojo" que el control remoto está en sus manos y de su suerte depende la de varios pesos pesados. Pero al quedarse en amagues, porque si contara todo admitiría sus propios delitos, la Justicia lo seguirá teniendo en el penal de Melchor Romero, en La Plata, desde donde no se vislumbra por ahora la puerta de salida.
¿Qué fue lo que dijo "Bebote", quién no se acogió
a la figura del arrepentido en su ampliación indagatoria? Que los carnets de la
barra, que suman 2.000, no los pagan los violentos sino que el club los hace
pasar como abonados en la contabilidad, sin que haya dinero de por medio. Y que
lo mismo ocurre con los bonos para ingresar al estadio Libertadores de América.
Y que las entradas de protocolo para la reventa se las entregan en el segundo
piso del edificio La Franco Argentina, ubicado en Hipólito Yrigoyen 460 de
Capital Federal, sede de la empresa Integradores SA, que maneja el software que
la institución tiene para llevar un control de los asociados y el pago regular
de las cuotas sociales.
Y desligó a Noray Nakis de la operatoria, asegurando que el presunto nexo de la dirigencia era Héctor "Yoyo" Maldonado, secretario general de Independiente y del gremio de Camioneros. Es decir, la mano derecha de Hugo Moyano.
Y todo esto fue ratificado por otro barra, Damián Langaronne, quien también está preso.
Y desligó a Noray Nakis de la operatoria, asegurando que el presunto nexo de la dirigencia era Héctor "Yoyo" Maldonado, secretario general de Independiente y del gremio de Camioneros. Es decir, la mano derecha de Hugo Moyano.
Y todo esto fue ratificado por otro barra, Damián Langaronne, quien también está preso.
Ante esta situación, la fiscal Giorgi llamó a declaración
indagatoria y procesó a Maldonado como miembro de la asociación ilícita, aunque
sin prisión preventiva. En su defensa, que ejerció junto al abogado Marcelo
Mazzeo, Maldonado confirmó que él conocía a los barras y les decía que sí a
todo para sacárselos de encima, pero que no les daba nada. Y cuando se le
preguntó por las entradas de protocolo, admitió que el club confeccionaba hasta
1.000 para los partidos importantes y que eran para la dirigencia y los
sponsors, y negó saber que la barra se llevara esos tickets de la empresa que
los fabricaba.
ºDebido a esto, la fiscal pidió primero que se le enviara
cuántas entradas había vendido el Rojo para la semifinal y final de la Copa
Sudamericana frente a Libertad de Paraguay y Flamengo de Brasil,
respectivamente. El número no dejaba mentir y causaba asombro: 29.000 tickets
por encuentro. Cualquier imagen del Libertadores de América en esos partidos
reflejaba no menos de 40.000 personas. Que se pudieran colar 11.000 era
improbable. La hipótesis entonces de una reventa masiva de entradas de la barra
en presunta connivencia con autoridades de la institución y de la empresa
Integradores cobró cuerpo. Por eso, le pidieron al juez Vitale el allanamiento
de ambos, lo que se concretó en el día de hoy.
De sólo pensar que la reventa para esos días arrancaba en 1.000 pesos,
la ganancia es de una dimensión millonaria astronómica.
¿Cómo sigue ahora la historia? Los peritos judiciales
analizarán los libros contables y la información que contenían los software
allanados para intentar confirmar sus sospechas. Si esto ocurre, deberán
declarar los directivos de la empresa Integradores, para saber si tenían orden
del club o era por motus propio que les daban las cosas a la barra. Cualquiera
pensaría que la segunda opción no parece viable, con lo que la situación de
algunos miembros de la Comisión Directiva podría complicarse aún más. Por ahora
está preso el vicepresidente Noray Nakis y procesado el secretario Maldonado.
Pero hay quien piensa que nada de esto se podía hacer sin una venia aún mayor.
Y por los despachos de Tribunales comienza a circular un apellido conocido:
Moyano. Habrá que ver hasta dónde pueden involucrarlo en una trama que desnuda
como pocas la red de complicidades de la violencia y los negocios espurios en
el fútbol.
Fuente Infobae
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