Por Lucas Campos
Nadie puede dudar que, el mejor alfajor del mundo, es el
Capitán del espacio. Nadie que haya vivido o vive en zona sur puede sacar del
podio a semejante producto. Uno lo puede justificar si quien lo hace, no vive
en la provincia, pero, caso contrario, es imposible no sacarse el sombrero ante
una de las golosinas que nos hizo y nos hace tocar el cielo cuando la
degustamos.
Tocar el cielo, sí. Como lo tocó Nicolás Tagliafico. El
lateral izquierdo que llegó de Banfield y se puso a trabajar. Agachó la cabeza
y laburó. Y también se comprometió. Yo entiendo que es muy poco tiempo para
poner a alguien en el pedestal, pero yo les aseguro, amigos, que este pibe hizo
que mi viejo se levante y protestara en voz elevada, cada vez que el capitán
era herido de guerra.
Ustedes sabrán que nuestra propia exigencia, a veces no nos
permite amar a muchos de los que nos dan cosas buenas. También no es un tiempo
fácil para amar, porque a uno lo dejan por otro destino, y el golpe es duro.
Tan duro como iba él a la pelota. Desenvainando la espada de Independiente,
envuelta con una bandera imponente, la de la pierna fuerte y templada.
Anticipó hasta las resultados y y pese a ser ninguneado por
quienes dicen saber de fútbol, yo fui testigo de que el capitán se cortó la
cabeza, luego de ganarle a todos los matungos del Flamengo, en un salto
infernal.
Con él volvimos a levantar las manos. Algo que nos emocionó,
y nos hizo lagrimear. Un mimo al alma. Algo que nos trajo como respuesta, que
no estábamos lejos de volver a creer. Sus tres pasos hacia adelante eran de
plomo, las manos levantadas hacia el espacio infinito nos plantaban en
cualquier cancha.
Y con él volvimos. Ante él se arrodilló el Marcaná. Nos
volvió a llevar al espacio, como el capitán, como ese alfajor que también nos
llevaba al espacio cuando éramos pibes.
Hasta luego capitán, como dice la canción, nos veremos otra
vez. Las despedidas son una mierda, pero te esperaremos con los brazos abiertos
pero más levantados. Más levantados que nunca, como vos nos enseñaste. Mientras
tanto, tu postal con la Copa del Maracanazo descansa en la Sede de Mitre. ¡Buen
viaje Taglia!
Fuente De la Cuna al Infierno
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.