Gigliotti tuvo su noche consagratoria en el Rojo: con dos
goles, borró sus propios fantasmas por la semi del 2014 y metió a su equipo en
la final.
Por Fabián Rodriguez
La semifinal de la Copa Sudamericana ya no será un karma
para Emmanuel Gigliotti. Si el Puma tenía alguna forma de olvidar aquélla del
2014, cuando erró el penal en el Monumental jugando para Boca, pues encontró la
mejor manera: dos goles (golazos) para meter a Independiente en la final. Dos
gritos bien de nueve, de los que se le piden al goleador cuando el partido
quema, de los que hacen estremecer a un estadio, de los que te convierten en
héroe.
Si hubiese querido, Gigliotti podría haber marcado el primero
antes, cuando Independiente tuvo un penal a favor. Pero los fantasmas de
aquella semi, la atajada de Barovero, jugaron su parte. Por eso se alejó y
Barco tomó la posta. Ya le había pasado en esta misma Sudamericana de fallar un
penal ante Alianza Lima, con otro arquero vestido de verde. Anoche Muñoz no
lucía ese color, pero... Su turno llegaría enseguida, al minuto, cuando puso el
2 a 0 parcial.
Sin embargo, gol más importante fue el tercero, claro, el de
la clasificación a la final. “Fue clave porque ellos habían descontado en un
buen momento nuestro y con eso pasaban. Igualmente, tuve la suerte de convertir
en dos jugadas que trabajamos mucho. Y gracias a los buenos centros de Maxi
(Meza) y Gastón (Silva)”, contó el goleador.
Para Gigliotti fue, sin dudas, su mejor partido en
Independiente. Por el valor de sus goles y también por lo que jugó. Porque
además de sus gritos, el goleador fue guapo para aguantar, inteligente para
descargar y asusto para moverse entre los defensores paraguayos, incluso cuando
el Rojo se replegó bastante. Solito y solo, se fajó contra ellos y le dio
respiro al equipo.
“Hay mucho feeling con la gente. De alguna manera, este
equipo les hace acordar a los que ganaron cosas en el club.Y ojalá podamos
seguir de esta forma, con esta actitud y este juego. Es hermoso jugar con la
cancha así”, contó el 9 tras su noche consagratoria.
Aunque no haya elegido rival para la final (“Junior o
Flamengo son buenos equipos”, dijo), en el caso de lograr el título, estos
goles quedarán grabados a fuego en la gente. ¿Puma de bengala ? No, de
venganza.
Fuente Olé
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