Publicada por Gol de vestuario
Javier Cantero: la vida tras el descenso y por qué ya no es
el mismo
El expresidente de Independiente opina sobre la AFA, los
engaños del sistema y le habla, sin precedentes, a los hinchas del Rojo.
Además, analiza las escuchas de Angelici, el mandato de Moyano y cuenta cómo
era Grondona en la intimidad.
“Disculpame, pero no. Hoy estoy muy alejado de lo que ocurre
en AFA y de Independiente no opino porque le deseo lo mejor y no me gusta hacer
lo que me hicieron a mí”. La realización de la entrevista pintaba, por lo
menos, complicada. Luego del descenso de Independiente en 2013, Javier Cantero
siempre fue una palabra muy buscada por los medios. Su presidencia generó
muchos adeptos al principio, pero luego caminó solo por el desierto sin
siquiera una botella de agua. Tras insistir por varias semanas, Javier aceptó.
“Los espero en mi oficina a las 12”.
Llegamos a su empresa y rápidamente fuimos recibidos.
“Esperen que bajo un poco la radio”, dijo. “¿Qué escucha, Javier?”, le
preguntamos. “No sé, pasan música solamente. Música de viejos”, tiró. En esas
horas se definía si el fútbol argentino se jugaba o no, si levantaba el paro de
los futbolistas argentinos. Él, lejos de interesarse y preocuparse, aunque hoy
sea un hincha más de Independiente. Dispuesto y distendido. Se lo notaba
relajado, sin esa histeria que lo acechaba mientras era dirigente de fútbol.
-¿Cómo estás hoy, Javier?
Bien, más tranquilo. Dedicado a mi familia, al trabajo. Hoy
en día estoy un poco alejado del fútbol.
-¿Por qué creés que la AFA, desde que falleció Grondona, no
es la misma?
Porque caía el poder en las manos de una sola persona. Había
respeto y temor por esa persona, por las consecuencias que podían tener, no
solamente los dirigentes, sino también los clubes a los cuales representaban.
El poder lo mantenía él con su pulso firme, a pesar de la edad que tenía. Él me
decía que el único momento que tenía de tranquilidad era cuando viajaba a Suiza
en primera en el avión y no le llegaban llamadas telefónicas. Todos los
dirigentes lo llamaban a él por el más mínimo detalle: quiénes iban a ser los
árbitros sorteados la próxima semana, si le podían dar un anticipo o un cheque,
si la fecha del próximo partido podía ser un poco antes o un poco después. No
había un sistema colegiado en la AFA de funcionarios que llevaran adelante eso.
Había que hablar con Grondona. Cuando estaba con él, le sonaba permanentemente
el teléfono.
-¿Te viste en la obligación como presidente de Independiente
de recurrir a él?
Todas las semanas.
-¿Le llegaste a pedir árbitros?
Pero claro. Por ejemplo, nosotros tuvimos un problema cuando
estábamos jugando momentos muy cruciales en el club con Pitana en un partido
con River, donde no nos cobró un penal muy claro. Yo le pedí que no me lo
volviera a poner porque la gente se iba a predisponer mal.
-¿Las escuchas de Angelici no te sorprendieron entonces?
Escuché su conferencia de prensa y lo que decía me parecía
razonable. Dijo que lo que hizo fue para favorecer a Boca. Lo que trataba de
hacer Yo era para favorecer a mi club también. Desde ese punto de vista, no
tengo nada que decir de Angelici.
-Lo que queda un poco impune es el accionar que tuvo en ese
momento Mitjans…
Lo de Mitjans quedó muy mal. No sólo le daba la satisfacción
al presidente de Boca, sino que le armaba un poco la estrategia para
solucionarlo. Y más que Mitjans viene puesto por Boca.
-Sabiendo que el momento deportivo de Independiente era
complicado, ¿en algún momento te tocó que te llamaran y te dijeran “Javier, si
Independiente tiene determinado accionar con un árbitro, se van a ver
beneficiados?”
Por supuesto que sí. Los hinchas me decían eso.
-Más allá de los hinchas, ¿árbitros y dirigentes?
No. Los hinchas sí. Me decían que tenía que ir a la AFA a
arreglar a los árbitros, que tenía que tener más peso en la AFA. Es decir,
usaban como eufemismo como tener peso en la AFA para decir: “Hacé cosas
ilegales”. En AFA había 50 mil versiones, pero yo concretamente no lo viví.
Fuimos beneficiados en algunos arbitrajes y en otros perjudicados.
-Hay una frase en tu libro que dice que “el problema no es
una persona, el problema es el sistema”. ¿Por qué?
Porque en realidad es así. Cuando las personas se van dando
cuenta de que es difícil pelear contra el sistema, se tienen que ir adecuando y
pasan a formar parte. Yo no me adecué a algunas. No le pagaba a la barrabrava,
me peleé con la policía. Fui y conté a los policías. Me dijeron que iba a haber
1.100 y había trescientos y pico. Cuando terminó el partido fui y les pedí que
me devolvieran la plata. En la siguiente asamblea la pasé muy mal. La policía
no entró.
Cantero quiso cambiar algo que estaba establecido. Las mañas
del sistema. Lo perverso y aceptado, visto como normal en el fútbol argentino,
donde el que no es ventajero es un gil. Y él dice que lo pagó, es más, Grondona
le advirtió.
“Un día fuimos a
jugar a Mendoza y puse escribanos en la puerta del estadio. Había visitantes y
un porcentaje nos correspondía a nosotros. Conté con los escribanos públicos la
cantidad de gente que entró y había mucho más que nos decía el equipo local.
Entonces les exigí que me lo reconociera de acuerdo a las actas de mis
escribanos. En la semana siguiente me llamó Grondona y me dijo: “No. El sistema
no es así. Vos no digas nada, sabés que te pasaron. Cuando ellos vengan a
Avellaneda, vos le hacés lo mismo”. Es un sistema donde se engañan todos.
-Dentro de tu dirigencia hubo dos barras en la cancha de
Independiente. Estaba la de Bebote y la de Loquillo. ¿Por qué? ¿Cómo pasó?
No sé qué habrá pasado en la intimidad de ellos, algunas
referencias tengo. Pero obviamente que no había dos barras porque había plata.
Lo que pasó fue que cuando yo me enfrento con Bebote Álvarez, él se tiene que
ir del país y dejó a alguien a cargo en reemplazo de él. Cuando vuelve, quiso
volver a quedarse con la barra y el otro le dijó: “No, pará, ahora estoy yo”.
Un día entraron a mi oficina 27 tipos, entre ellos Bebote y Loquillo, y les
apliqué derecho de admisión para que no entren más a un estadio. El problema de
la barra nunca fue el bombo y la bandera, eso me encantaba. Es más, un día les
compré banderas y tirantes, y los periodistas me mataron por eso. Con respecto
al tema de la fiesta y todo eso, a mi me parecía fenómeno. Ese es el verdadero
folklore del fútbol, no el “Vamos a matar un bostero” o “Te vamos a coger”. Eso
me parece una estupidez de la sociedad que va mucho más allá del fútbol.
El fútbol argentino vive una crisis casi sin precedentes:
durante el paro de futbolistas, algunos dirigentes se animaron a declarar que
si no querían jugar, lo harían los juveniles. Presiones y amenazas para, al fin
y al cabo, trabajadores. El fútbol es de los jugadores y de la gente,
lamentablemente manejado por empresarios con corbata y sin sensibilidades.
Cantero, sin embargo, le escapa a una frase muy utilizada en el medio.
“Lo que se dice en el fútbol argentino es que lo más sano es
el jugador. Los representantes la mayoría son ex jugadores, los directores
técnicos lo mismo, algunos dirigentes también. Los jugadores de fútbol no son
lo más sano que hay en el fútbol, vamos a dejar esto en claro. Tampoco digo que
sean una porquería. Los jugadores tienen mucho miedo, son muy desconfiados de
los dirigentes”.
-¿Te sorprendió el paro de los jugadores?
Me parece bien que quieran cobrar si tienen deudas, eso es
razonable. Es lógico, los jugadores son los protagonistas. Ellos firmaron
contratos y tienen derecho a reclamar para cobrar.
-Cuando eras dirigente, siempre decías que estabas a favor
de la equidad del reparto del dinero. ¿Por qué?
Porque es un deporte y se lo está vendiendo como un
espectáculo. Como en el caso de España, el peor ejemplo de todos. Me parece
horrible. Es como ver una pelea de un peso pesado contra un peso mosca. Es
aburridísimo. Obviamente va a ganar quien tiene que ganar y si el peso mosca le
aguanta tres rounds, ya hay que darle un premio. No me parece un deporte. Ya
hay una brecha por la convocatoria. No agrandemos eso porque nos va a pasar
como en España y van a salir campeones siempre los mismos.
-Tengo que asumir que estás en contra de las sociedades
anónimas…
Totalmente en contra. En el automovilismo pasa que la gente
es hincha de marcas. A mi no me gusta eso. No me gustaría hinchar por tal
gaseosa, o por tal cerveza o por una empresa de computadoras. Pasaría lo que
pasó en todo el mundo: hay empresas que funcionan bien con equipos de fútbol y
muchas otras se han fundido. Perdería esa cosa de representativdad que tiene el
equipo de fútbol con uno. Yo tengo 60 años, pero, cuando tenía 15, los clubes
del Ascenso eran los que representaban el barrio, tus amigos, el colegio. Era
una representatividad mucho más auténtica.
-¿Vos pensabas que
manejar a Independiente era como manejar una empresa?
No, siempre tuve claro que no. Sí con el tema de los
ingresos y egresos. Nosotros no teníamos que brindar ganancias económicas sino
satisfacciones a los hinchas. Ese era el desafío, pero me tocó en un pésimo
momento. Teníamos ya cobrada la plata de la AFA y de las publicidades por
adelantado, muchas deudas en dólares con bancos, el promedio bajo, el problema
de la violencia en la tribuna, que era un desastre…No nos fue bien, fue muy
difícil.
Antes de dejar
Independiente, Cantero quedó solo. Renunciaron 16 dirigentes de la Comisión
Directiva en medio de amenazas, malos resultados y el peor momento de la
historia del club. Por primera vez, transitaba la B Nacional. Presión
mediática: descender era igual a morir lentamente.
“Huevos tuvieron todos. Primero, enfrentar a Cacho Álvarez y
Moyano en una elección. Después tener que bancarse la que nos bancamos con la
barra. Luego el descenso. Todos tienen familia, yo también. Mi mujer me decía
que lo deje. Yo no lo hice porque tenía una responsabilidad. Otros muchachos no
aguantaron y yo los entiendo. Ciancio, secretario deportivo de mi gestión, puso
dos palos verdes de su bolsillo. Él nunca los reclamó de inmediato. Luego,
entraron por la fuerza a su casa disfrazados con un uniforme de OCA y le
rompieron la cabeza delante de su familia, preguntándole dónde tenía el dinero
del club. Al día de hoy, no quiere ejecutar la deuda porque ama a la
institución”.
-Si Independiente no
hubiese descendido, ¿su historia hubiese sido otra en el club?
Hubiera terminado mi mandato y hoy dormiría más tranquilo.
Desde que descendimos, obviamente no fui el mismo. Soy otra persona. Fue lo
peor que me pasó en la vida. Hubiese terminado mi mandato y sería un hincha
más.
-¿Por qué le cuesta tanto ganar a Independiente?
Es como un camión cuando se mete en el barro. Cuanto más
acelerás, más se hunde. Nosotros trajimos jugadores que habían ganado
muchísimos títulos. Si juntabas los jugadores que habíamos traído tenían 30
campeonatos, y sin embargo nos fue mal. Había una presión muy grande y un poco
de miedo. Algunos técnicos me decían que, cuando hacíamos un gol de entrada,
los jugadores querían que terminara el partido ya. No disfrutaban los partidos.
Y cuando iban perdiendo, ya pensaban que no lo podían empatar y se desanimaban.
Contactamos psicólogos de primera línea y los jugadores me dijeron que no los
querían más, que era un problema de ellos. Desgraciadamente no pudimos.
-¿Es cierto que nadie quería agarrar Independiente cuando se
iba al descenso y que Grondona lo llamó a Brindisi?
No. Cuando ya había arreglado con nosotros, Grondona lo
llamó a Brindisi y lo alentó a hacerlo. Milito, en aquel momento no era
técnico, y se pensaba que, si nadie agarraba, se iba a hacer cargo él. Por esto
que estoy diciendo, quizás se enoje Gabriel. Él quería mucho al club y estaba
dispuesto a hacer cualquier cosa para dar una mano. Arreglamos con Miguel,
quien era una excelentísima persona, una de las mejores que conocí en el
fútbol. Lo mismo me pasó con De Felippe. Creo que tuvo un paso por el club que
va a ser recordado porque agarró en un momento muy bravo.
-¿Es verdad que 6 meses antes de irte Moyano te plantea que
sigas vos como presidente y él te ayudaba a sanear económicamente al club?
Yo fui a hablar con Moyano, aunque decían que Yo era
soberbio y no quería escuchar. Fui Yo a Camioneros, y me senté ahí con él y
otros gremialistas. Dijeron que nos iban a ayudar porque teníamos problemas
económicos y que iban a hablar con contactos que ellos tenían, como bancos y
financieras, y no lo hicieron. Esa es la verdad. Un día lo llamé para
preguntarle y me dijeron que no podían hacer nada. A mí me sirvió, y pensé que
le iba a servir a la gente, para darme cuenta que todo lo que decían no era cierto.
No sé lo que pasa en el club, pero me imagino que quieren sacar esto adelante,
pagar la convocatoria, ganar un campeonato. En ese sentido les deseo lo mejor.
-Dígale algo al hincha de Independiente…
Apoyen al club. Los directivos que están, seguramente están
haciendo lo mejor que pueden para sacar las cosas adelante. Sé lo que es estar
ahí adentro. A veces los resultados no se dan o alguna deuda no se pudo pagar.
Sin embargo, se deben estar matando para hacerlo y terminar bien su mandato.
Apoyen eso. También, el mensaje de siempre: que estén en contra de la violencia
y de que se utilice la plata del club con beneficios personales.
Fuente Orgullo Rojo

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