Por Nelson Laffitte
Tres minutos después del gol de Defensa y Justicia por Copa
Argentina, Milito decidió lanzar al campo de juego al juvenil Barco, para que
consagre su debut oficial en Independiente. El mediocampista fue el jugador que
más y mejor intentó en una noche para el olvido, y enciende una luz de
esperanza en un equipo dubitativo.
En cuanto Independiente quedó abajo en el marcador, el
Mariscal llamó a Ezequiel Barco para que ingrese a gambetear, marcar la
diferencia y buscar algún pase que deje a los delanteros de cara al gol. En su
debut oficial, el chico supo soportar la presión y fue el mejor de la cancha,
sacándose jugadores de encima, intentando perfeccionar el circuito de juego y
ganando faltas cerca del área.
Barco deberá aceitar las decisiones para dar el pase en el
momento justo, sin quedarse con el balón un tiempo más. Además, fue notorio que
los rivales buscaron golpearlo constantemente, pero que no le cobraron todos
los fouls. Por si fuera poco, cuando él pegué, automáticamente será sancionado.
Una luz de esperanza en el medio de un equipo apagado y
oscuro.
Fuente Infierno Rojo


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