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miércoles, 31 de agosto de 2016

Fracasan los que no entienden




Mascherano en conferencia.

Por Hernan Claus

Un día Mascherano se cansó de los triunfadores de boquilla, de los que tratan de fracasados a los jugadores de la Selección, de los que dicen que esta generación no se involucra con los proyectos de la AFA... Y decidió mostrar sus sentimientos ante tantos actos de injusticia.

Este grupo de futbolistas viene de jugar tres finales seguidas en apenas dos años, algo que hace tiempo no ocurría, pero eso no alcanza. Está claro que a nadie le gusta mirar cómo el rival levanta la copa, pero de ahí a que ese logro sea insignificante hay un abismo. En ningún lugar del mundo alguien le diría “fracasado” a una persona que ha logrado tantos objetivos en la vida, pero aquí, insólitamente, sucede muy a menudo. Porque para llegar a ser un jugador de la Selección Mayor, primero hay un largo camino por recorrer y para eso hay que ser un triunfador en varios aspectos.

En el caso de Mascherano, la historia es conocida: se destacó en las Juveniles, debutó con Bielsa antes que en River, es el único futbolista argentino que tiene dos medallas de oro, fue campeón en Brasil, triunfó en Inglaterra (pero, claro, le “faltó” dar la vuelta olímpica) y ahora es ti-tu-lar en el Barcelona, el mejor equipo del mundo (con el que, encima, ganó todo) y uno de los mejores de la historia.

Mascherano es un nombre. Pero podríamos estar hablando de Messi. De Riquelme. De Crespo, del jugador que se te ocurra que pasó en los últimos 23 años por la Selección. Cometieron el pecado de no haber salido campeones (con la Mayor, porque sí lo hicieron en Juveniles, la Sub 23 y en sus clubes) y por eso algunos los desprecian, los critican al extremo. Y los extremos nos llevan a las grietas y las grietas a no crecer como sociedad.


Fuente Olé

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