Muchos jugadores coinciden en que frente a Racing puede
pasar el último tren para seguir en la lucha por el título. Hay preocupación,
pero igual se tienen fe.
Por Favio Verona
Se percibe con facilidad. La derrota contra Central (0-2) no
fue una más para los jugadores. El equipo del Chacho Coudet pegó sin piedad y
las ilusiones del plantel y los hinchas están al borde del nocaut. Una frase
que forma parte de los lugares comunes cobra vigencia en esta coyuntura: ya no
hay margen de error. Lo saben todos aquéllos que transitan a diario el predio
de Domínico. El plantel quedó muy golpeado después de la caída ante los
rosarinos. Y son varios los jugadores que coinciden en que mañana, frente a
Racing, tendrán la última posibilidad de subirse al tren que los lleve hacia el
campeonato. “La derrota del miércoles fue dura y nos tenemos que recuperar ya.
El Tanque (Denis) estuvo hablando mucho para levantar a todos y el clásico
puede ser nuestra última chance de despegar para poder pelear el torneo. En
este campeonato tan corto, empatás y cinco equipos te superan en la tabla.
Sabemos muy bien que ya no podemos fallar”, le comentó un integrante del
plantel a Olé . La mayor parte de los futbolistas prefirieron refugiarse en la
comodidad del silencio. Interpretan que, en este momento, todo lo que digan
puede ser utilizado en su contra. Y son muy pocos los que se atreven a correr
el riesgo de quedar presos de sus palabras.
Semblantes adustos desfilaron por cada rincón del club en
los últimos dos días. Los jugadores tuvieron charlas en las que Denis, el Ruso
Rodríguez y Cebolla Rodríguez, quien se recupera de un desgarro, tomaron la
palabra. Más allá de lo futbolístico, los conciliábulos apuntaron a levantar al
grupo desde el punto de vista anímico. Hubo autocrítica y más hermetismo del
habitual. Todos sienten que la presión les está atando las piernas. “Caemos en
la desesperación de la gente y erramos pases sencillos”, reconoció Benítez.
Ahora quieren demostrarle al público y a sí mismos que también pueden salir
adelante en las paradas bravas, algo que no consiguieron en 2015. El abismo
está a un paso y es probable que un resbalón sea caída. “Somos conscientes de
la situación, pero tenemos que salir pensando en que el clásico se presenta
como la oportunidad ideal para levantarnos. Un triunfo nos daría un envión
importante. Debemos reaccionar”, comentó Pellegrino, intentando mirar el vaso
medio lleno. Los dirigentes prometieron que lo van a bancar más allá del
resultado, aunque resulta difícil imaginar que no va a quedar debilitado si cae
ante Racing. “Paciencia” y “calma”, fueron las palabras que más pronunció el
técnico en los últimos días. Muchos hinchas que vuelcan sus opiniones en las
redes sociales parecen destilar más intolerancia que esa tranquilidad zen que
reclama el DT.
Hay preocupación ya que el torneo es lo único a lo que debe
aferrarse el equipo en este semestre. La luz roja está encendida. Y sólo se
apagará si Independiente consigue lo que pidió Denis cuando llegó: “ganar,
ganar y ganar”.
Fuente Olé
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