Bebote Alvarez reveló una reunión con Aguilar: "Toda la
guerra fue por la plata", admitió.
Por Gustavo Grabia
En el juicio por Acro, Bebote Alvarez tiró la bomba. Pablo
Kantt, empresario que se peleó a muerte con el barra, confirmó la reunión. La
fiscal evalúa abrir otra causa.
El segundo juicio por el crimen de Gonzalo Acro es una caja
de sorpresas. Y todas desagradables. Por un lado los testigos se desdicen de lo
que afirmaron en el primer juicio, en el que fueron condenados a perpetua los
hermanos Alan y William Schlenker como instigadores y Ariel Colo Luna, Pablo
Cuca Girón y Rubén Oveja Pintos como coautores (también le dieron 10 años a
Maximiliano Pluto Lococo). Y como insólitamente el Tribunal nuevo decidió que
lo utilizado en aquel proceso no es válido, lo más probable es que los últimos
dos imputados, Matías Kraft como instigador y Sergio Piñeiro como coautor, terminen
absueltos.
Pero por otro lado, hubo otra declaración que fue una bomba:
la de Pablo Bebote Alvarez, quien bajo juramento aseguró que el ex presidente
José María Aguilar lo citó a su oficina en el Monumental y le pidió consejos y
hasta el manejo de la popular con tal de parar la guerra. De entrada nadie le
dio crédito, dada la baja credibilidad del barra. Pero ayer todo terminó de
estallar cuando el empresario Pablo Kantt, fundador de la ONG Nuevo Horizonte
para el Mundo y peleado a muerte con Bebote, ratificó aquel cónclave y contó
más detalles. Ante la mirada atónita de jueces y la fiscal, se habló de dinero
del club que va hacia la barra, de corrupción en el fútbol, de una interna
política que metió la cola en el tema entre Aníbal Fernández y Daniel Scioli y
hasta de barras que meten jugadores a cambio de dinero de los representantes.
Ante esto, la fiscal Dafne Palópoli evalúa pedir extracción de testimonio para
que se abra una nueva causa por estos dichos.
El primero en hablar fue Alvarez. Y tiró: “Todo esto se armó
con la complicidad del ex presidente Aguilar y el ministro de bigote de
entonces, que manejaba la Policía. Me lo contó el propio Aguilar en su oficina,
cuando me citó para que le ordenara y le manejara la barra para que hubiese
paz. Yo le dije que el culpable era él, por bajarles plata todos los meses,
habían pagado todo el viaje a Alemania y tenía que tratar a todos por igual. En
cambio hizo lo que le convenía políticamente a él y a Bigote: jugar para el
sector que les era adicto y así todo terminó como terminó”.
Después apareció Kantt, quién ratificó: “Con mi mujer,
Fabiana Rubeo, teníamos la ONG para intentar convertir a los barras en líderes
positivos y así bajar la violencia. Alvarez trabajaba con nosotros hasta que
vino Marcelo Mallo con la plata de Máximo Kirchner, nos traicionó y formó
Hinchadas Unidas Argentinas, que no tenía nada que ver con el proyecto, era
sólo que trabajen políticamente a cambio de ir gratis al Mundial de Sudáfrica.
Desde entonces, a Bebote le perdí el respeto, es un mercenario, como todos los
barras. Pero lo que dice de la reunión es cierto. Aguilar nos convocó por
intermedio de Luis Nofal, accionista de Torneos y Competencias que era mi
amigo. Y nosotros teníamos el apoyo de Daniel Scioli, que nos iba a nombrar al
frente de Seguridad Deportiva en reemplazo de Mario Gallina, a pesar de que nos
jugaba en contra Javier Castrilli, que era hombre de Aníbal Fernández. Pero yo
salí muy decepcionado. De ahí y de todo. Entendí que los barras recibían dinero
de la dirigencia a cambio de hacer trabajos sucios. Intentamos cambiarlo y
fracasamos. El fútbol es un negocio muy grande y haciendo las cosas bien, todos
ganarían. Pero acá es imposible: los violentos quieren ser violentos y tienen
por aliados a los dirigentes, que son muy corruptos”.
Fuente Olé
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