El líder de La Cámpora habló con Luis Segura; seguirá
exigiéndose cuatro años en cargos directivos a quienes quieran ser presidente
Por Alejandro Casar González y Fernando Czyz
La conversación entre los dos hombres más poderosos del
fútbol argentino fue el viernes pasado.
De un lado de la línea, el referente
político del Fútbol Para Todos, Máximo Kirchner .
Del otro, el sucesor de Julio
Grondona, Luis Segura .
Se habían visto dos semanas antes en Olivos, pero esta
vez había un asunto puntual que tratar: el nuevo estatuto de la AFA. Los
asesores del líder de La Cámpora le habían informado a su jefe que ciertos
sectores auspiciaban una reforma amplia, en la que estaba incluida la abolición
del famoso requisito de cuatro años de antigüedad para aquellos que quisieran
postularse a presidentes de la AFA.
"¿Qué van a hacer?", preguntó Máximo. "Tenemos
que cambiar la cantidad de clubes de primera -de 20 a 30- y vamos a eliminar
las reelecciones indefinidas de los presidentes", comunicó Segura, según
pudo reconstruir LA NACION. El heredero de los Kirchner suspiró. Segura no
quería eliminar el requisito de los cuatro años de antigüedad. Si se hubiera
quitado, nuevos dirigentes como Juan Sebastián Verón y Marcelo Tinelli habrían
tenido la puerta abierta para presentarse como candidatos en las elecciones de
octubre del año próximo. El patagónico quería evitarlo a toda costa. Le había
gustado muy poco que Segura nombrara al animador bolivarense como máximo
responsable de la comunicación del fútbol argentino. A principios de año,
Máximo Kirchner vetó la llegada de Tinelli al Fútbol Para Todos. La relación nunca
se recompuso.
Con el aval de la Casa Rosada, el proyecto de reforma del
estatuto se cocina en las manos de Mario Schmoisman, asesor legal de la AFA. El
escrito, que será distribuido en los días previos a la asamblea pautada para el
18 de diciembre, se mantiene con "acceso restringido". Sólo están al
tanto de lo que dice los máximos referentes del grondonismo residual: Segura,
Miguel Silva (secretario general del comité ejecutivo) y Héctor Domínguez
(asesor de la AFA).
Aunque en algún momento se habló de suspender la
convocatoria para cambiar el estatuto, al final se decidió mantenerla. La AFA y
el Gobierno entendieron que dar marcha atrás sería una desprolijidad. Y por eso
resolvieron seguir adelante, aunque más que una reforma del estatuto será un maquillaje.
Los cambios de fondo quedarán para más adelante y se darán, casi seguro,
después de 2015. Será cuando el ocupante del sillón presidencial sea definitivo
y tenga cuatro años de mandato.
La preocupación de Máximo Kirchner por una hipotética apertura
de la AFA responde a un fenómeno que explotó en los últimos días: una barricada
contra Tinelli y los renovadores, como Matías Lammens o Juan Sebastián Verón.
"¡Tendrías que haber visto las caras de los presidentes de los clubes
cuando vieron el número de octubre de la revista de la AFA con la cara de
Tinelli!", ilustró un asiduo conocedor de los pasillos de la casa de la
AFA. "Eso fue un penal en contra", graficó otra fuente.
En los últimos días, la figura del animador ganó acciones
para potenciar a algún candidato a presidente de la AFA el año próximo, cuando
culmine el mandato que le correspondía a Julio Humberto Grondona, y que
terminará Luis Segura (quien debe ser confirmado por la Asamblea que se
desarrollará pasado mañana). Por ahora, nadie se atreve a enfrentarlo, y por
eso el empresario televisivo asumió la comunicación de la AFA. Para algunos
opositores al grondonismo residual, Tinelli tiene una virtud: no necesita de la
política. Y por eso es que piensan en armarlo de cara a 2015. Por esa misma
razón, el Gobierno quiere evitar tener que enfrentarlo. El grondonismo que
encarnan Segura y Silva tampoco lo quiere como rival.
Los requisitos del estatuto limitan a los renovadores.
Tinelli asumió como vocal de San Lorenzo el 1° de agosto de 2012. Fue su primer
cargo político en el club de Boedo (había sido presidente de marketing). En
rigor, estarían en condiciones de ser presidente de la AFA recién a partir del
1° de agosto de 2016. En este escenario, no podrían presentarse el año próximo.
La modificación del estatuto, potestad de la Asamblea, fue
una de las primeras decisiones de Luis Segura como presidente de la AFA. A poco
de tomar el lugar dejado por el fallecido Julio Humberto Grondona, el hombre
fuerte de Argentinos Juniors declaró que su idea era limitar a dos las
reelecciones de los presidentes. La iniciativa se plasmó con el llamado a la
asamblea que se realizará el 18 de diciembre, en la que se resolverán y
aprobarán (o no) los cambios definitivos a la carta magna de la AFA.
Mientras tanto, los asambleístas tienen trabajo. Antes de
pensar en cómo cambiar el estatuto, el órgano tiene cita para pasado mañana.
Allí se confirmará a Segura (¿por unanimidad?) hasta 2015. Y se tratarán la
memoria y el balance 2013-2014, al igual que el presupuesto para 2014-2015.
La continuidad de Segura, junto con la Memoria y el Balance
A dos días de la Asamblea de la AFA, los dirigentes
consultados por LA NACION aseguraron que no sabían cómo había dado el balance.
Se supone que deberían poder leer el documento con antelación, para estudiarlo,
tener una opinión fundada y exponerla en la Asamblea. Pero no. "Es un
desastre, se repiten las mismas prácticas que eran comunes en tiempos de Julio
Grondona. No está él, pero siguen pasando estas cosas", fustigó un
dirigente. De todas maneras, el documento contable (que podría ser el último
con la firma de José Lemme como tesorero) arrojaría un pequeño superávit. En
las últimas reuniones del comité ejecutivo, la cúpula de la AFA hizo especial
hincapié en la "política de restricción de gastos" encarada por la
entidad para resguardar la economía.
Fuente Cancha Llena
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