Lucero festeja su gol con Riaño, ante Rafaela en Avellaneda.
Ese día funcionaron.
Por Fabian Rodriguez y Beto Tisinovich
Los delanteros del Rojo apenas convirtieron el 33,33% de los
goles del equipo en el campeonato. Si continúa esta sequía, ¿le alcanzará para
pelear por el título?
Que si vengo, que no voy, que si estoy, que me pierdo” , el
estribillo de “Bolero falaz”, el hit de la banda colombiana Aterciopelados,
describe a la perfección el andar de los delanteros de Independiente al momento
de definir las jugadas. Ese es el gran déficit que presentaron en las 12 fechas
disputadas. Los números marcan una realidad preocupante: sólo aportaron siete
goles. Los mismos se reparten entre Sebastián Penco (Olimpo, Racing y Defensa y
Justicia), Claudio Riaño (doblete a Quilmes), Juan Martín Lucero (un grito ante
Atlético Rafaela) y Francisco Pizzini (otro tanto a La Crema). Y este dato es
desalentador porque representa, apenas, el 33,33% de las 21 conquistas del
equipo, que transformaron al Rojo en el segundo ataque más contundente junto a
Racing, detrás de River, que hizo 26.
El máximo artillero del conjunto que dirige Jorge Almirón es
Federico Mancuello con ocho tantos. El capitán tuvo una seguidilla
impresionante, que lo llevaron a meter siete goles consecutivos. Entre tanta
euforia se disimuló la ausencia permanente de los atacantes en el tanteador.
Salvo en la victoria frente a San Lorenzo, el resto de los partidos se
desarrollaron con una dependencia ofensiva en Mancuello, el responsable de
ejecutar las pelotas paradas, que a la vez culmina la mayor parte de las jugadas
pisando el área como si fuera un típico delantero. Otro que se destaca en el
rubro, es Diego Rodríguez, el arquero que suma tres penales convertidos: dos a
Quilmes y uno al Ciclón. Y justo el sábado, en el Bajo Flores, reapareció Rolfi
Montenegro, el goleador en la B Nacional, que había mojado por última vez
frente a Instituto (2-1), en Córdoba, el 1° de junio.
La única excepción a la regla del ataque anémico es Penco.
Su trabajo es positivo, con tres tantos en seis partidos, en los cuales fue
titular en la mitad de ellos. Así, promedia un grito cada 86’. Muy superior a
los números de Riaño, Lucero, Pizzini (¡qué gol se devoró ante San Lorenzo!) y
Pisano, quien aún no mojó. De esta manera, se impone la inquietud,
Independiente marcha tercero con 23 puntos, ¿podrá pelear por el título con
esta baja efectividad de sus puntas? Difícil. Lo cierto es que los atacantes
hacen un gran desgaste físico para presionar y colaborar en la recuperación del
balón, aunque les falta lo más importante: el gol. Están Aterciopelados.
Fuente Olé
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