La Primera se entrenó en el estadio
Por Agustina Heredia
Después del temporal, el estadio de Independiente quedó en
muy buenas condiciones. Pablo Peirano, encargado del mantenimiento del campo de
juego, contó cómo es la logística a la hora de cuidar el césped del
Libertadores de América.
La postal del estadio del Rojo aquel 11 de agosto de 2012,
cuando Pablo Lunati suspendía el encuentro ante Vélez por las pésimas
condiciones del campo de juego azotado por el temporal, hoy es parte del
pasado. Ni siquiera la lluvia de esta semana parece haberle afectado a un estadio
que, si bien todavía no llegó a ser el ideal, va camino a ello.
"La situación estaba bastante complicada; era un
estadio que se había remodelado con cosas sin resolver. Si bien se había hecho un relleno importante
para tener el nuevo campo, los problemas de drenaje y de napas altas
persistían", le contó Pablo Peirano, titular de Greenkeeper, a Olé.
Peirano llegó a Independiente en octubre de 2013 y, si bien
considera que todavía el campo de juego no está 10 puntos, reconoce que
"la cancha está estabilizada y viene teniendo un buen comportamiento;
hacen falta algunas tareas de nivelación que suelen empezarse en los recesos de
verano".
Después de las intensas lluvias de este miércoles, el
Libertadores de América se encontró en perfectas condiciones (la Primera se
entrenó allí) y, aunque todos los campos de juegos soportan una capacidad
máxima de agua, en Avellaneda, por ahora, no sufren el temporal.
Fuente Olé
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