Ilustró rrrojo - Fuente imágen web
Cantero conoció a Don Julio mucho antes de incurrir en
el fútbol. “A los 14 años trabajé en una empresa suya”, comentó. Y le tiró
flores: “Admiro su inteligencia”.
El vínculo de Javier Cantero con Julio Humberto
Grondona data desde mucho antes de su irrupción en el fútbol.
-¿Dónde lo conoció?
-A los 14 años trabajé en una agencia de autos usados
que él y su hermano tenían en Avellaneda en la calle Mitre. Habrá sido mi
tercer o cuarto trabajo. Era mi patrón y lo admiraba. Me quedó un recuerdo muy
bueno de él porque siempre me trató bien.
-¿Y qué tareas desempeñaba en esa empresa?
-Yo era un cuatro de copas que recién empezaba. Me
encargaba de limpiar los baños y los autos. En esa época era muy humilde y por
eso debía cursar el secundario de noche para poder trabajar de día y ayudar a
mi familia.
-¿Grondona recuerda que usted trabajó allí?
-Apenas asumí como presidente le pregunté si se
acordaba de mí y me dijo que no. Grondona me sorprendió gratamente. Por ahí
antes de asumir uno tenía una imagen de él por todo lo que se dice en los
medios, pero me encontré con una persona diferente a lo que pensaba. Es un
hombre muy sensible y en algunos momentos muy difíciles en los que me sentí muy
solo me apoyó.
-¿Por qué en el imaginario colectivo se lo cataloga
como un autoritario?
-Grondona es demasiado inteligente para ser
autoritario. El puede lograr lo que quiere sin dar una orden porque emplea
sutilezas. Sabe muñequear la situación. Admiro su inteligencia y me reúno muy
seguido con él para que me aconseje y aprender. Siempre me remarca que él es el
primer independientista de todos. Tiene una relación especial con el club.
-¿Esa relación de afecto la sigue manteniendo?
-Sí. El es lo que es por Independiente y el club le
debe mucho a él. En Argentina hubo directivos muy importantes pero Grondona es
el más grande de la historia.
Fuente Olé
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