Por Waldemar Iglesias y Fernando Gourovich
A doce meses de asumir, el presidente del Rojo hizo un
balance para Clarín. Destacó su gestión económica y también se mostró
autocrítico. "Tenemos muchos menos puntos que lo que considerábamos
podíamos conseguir", reconoció.
Javier Cantero hace un balance de su primer año de
gestión al mando de Independiente.
Fuente video descarga de página web Clarín
Javier Cantero no sabía estrictamente a lo que se
exponía hace un año -que se cumple justo hoy- cuando asumió como presidente de
un Independiente a la deriva, vaciado de dinero, lleno de barras y con promedio
escaso.
Se hizo cargo del riesgo y vivió -según confiesa- el año más intenso de
su vida.
Lidió contra los violentos incluso hasta el límite de arriesgar la
vida.
Procuró ordenar una economía averida.
Y se siente orgulloso del balance
en este aspecto.
Sostiene que el concepto que mejor se ajusta a modo de
síntesis es: "Cumplimos un año sin cheques rechazados".
Cuenta que la
herencia de la conducción anterior retrata un modo de actuar: se habían
rechazado 665 cheques, la mayoría de ellos en el último tramo.
Dialoga con
Clarín, café de por medio, en el Restó del Día, sobre la calle Tacuarí. Mira
por la ventana. Cada uno que lo reconoce -sea o no de Independiente- le ofrece
su apoyo.
Un rato antes, caminando la cuadra previa, un auto blanco se detuvo
muy cerca de él. El conductor bajó la ventanilla y le ofreció una frase que le
sacó la primera de las sonrisas:
"Vamos Cantero, eh. Estamos con vos.
Aguante con todo".
Fue un año duro. Dice que hubo noches en las que no
pudo dormir y mañanas en las que resultaba difícil despertar. Que sintió miedo.
Que el respaldo de la familia y de los hinchas lo empujó a seguir siempre. Que
su salud se vio afectada.
Confiesa: "Hubo un momento en el que me sentí
muy solo".
Y sorprende: "En el peor momento, el único tipo que se me
acercó y se puso al lado para que siguiera adelante fue (Julio) Grondona".
Dice que tiene una relación de respeto, admiración y afecto con el presidente
de la AFA. No cree que los árbitros lo estén perjudicando a Independiente.
"Tenemos que ser autocríticos y no tirar las culpas para otro lado",
dice. Y sostiene también que ese reclamo ahora frecuente por la presunta falta
de peso en la calle Viamonte "no tiene ningún sentido".
Admite errores, también. "En lo futbolístico, fallamos.
Está claro. Tenemos muchos menos puntos que lo que considerábamos podíamos
conseguir. Creo que el principal error fue hacer incorporaciones a destiempo.
Sumamos futbolistas cuando se terminaba la pretemporada de Tandil, muy cerca
del inicio del torneo. Y eso, definitivamente, afectó el rendimiento".
Revisa las decisiones que tomó y pretende que para el semestre que viene
-"el más difícil y el más importante de nuestra historia"- sea
diferente el escenario en cuanto a los tiempos de preparación.
Confía en
Américo Gallego y en la posibilidad de recuperar a los jugadores de este
plantel. "Juego todo a la permanencia. De ninguna manera imagino un
Independiente descendiendo".
Tiene otro motivo de orgullo de la gestión: el respaldo
de los socios. Se sumaron más de 20.000 y ahora el club cuenta con 83.000
socios plenos. Dice que sólo River lo supera en el rubro, pero que confía en
ser en el mediano plazo el club con más socios del fútbol argentino.
"Es
muy grande Independiente", repite.
Luce convencido. Su objetivo primordial
es sencillo y enorme: "Que Independiente vuelva a ser Independiente en
seis años". Sin barras, con inferiores sólidas, con un plantel de
jerarquía, protagonista, campeón, con muchos socios, estable y lógico en su
administración.
Y ahí anda Cantero, creyendo que es posible. A pesar de todo...
Fuente Clarín
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.