Por Cristian Fernández
Se entiende al hincha acongojado. Se entiende al hincha
dolido y con bronca. Se entiende al hincha que no encuentra forma de cambiar
esta realidad que golpea fecha tras fecha y que parece ir a un destino nefasto,
pese a tanta grandeza.
Lo que no se entiende es por qué seguimos con el
discurso de los merecimientos. Por qué no se rompe el doble cinco. Por qué no
hay volantes que intenten transportar la pelota y hagan que Farías juegue de
nueve y no salga del área. Por qué el famoso 4-4-2 que en ataque no suma y que
en defensa no cubre espacios, sobre todo porque es un sistema híbrido, frío y
sin cambio de ritmo ni sorpresa.
Es hora de intentar con Vargas más al centro, de darle
completa libertad a Vidal y a Benítez junto con Farías. Sí, los tres, porque si
bien el Tecla anda muy mal, otro no hay. Además, el empate les sirve a equipos
como River y Quilmes, por su forma de dividir. Al Rojo sólo le conviene ganar y
para eso hay que ir a buscarlo en todas las canchas.
Es altamente resaltable que a Independiente no le sale
una. Ante el Pincha los rebotes eran todo beneficio para el local. Además, como
siempre, el equipo vende muy barata su derrota, ya que ante el primer gol se
cae anímicamente y cada error en la última línea la tiene que ir a buscar
adentro del arco.
El panorama es complicado pero puede salir el sol
teniendo en cuenta que a Tigre se le puede ganar en casa y ante Belgrano hay
que darlo vuelta como sea. Así estaríamos en la misma línea de San Lorenzo, con
110 unidades. No obstante, para eso se necesita un clic emocional en los
jugadores y un cambio en audacia estratégica y táctica que sólo puede nacer del
Tolo Gallego.
Fuente Infierno Rojo
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