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Por Carlos Maidana
El presidente de Independiente salió y dio la cara ante
quienes debe responder: los socios.
En el peor momento de la historia, no le
esquivó al bulto ni se escondió.
Antes que nada, con lo que diré a continuación no
pretendo desligar de responsabilidades de este momento a la dirigencia actual.
Desde el armado del plantel, la contratación de Cristian Díaz y la demorada
llegada de Américo Gallego.
La crítica existe, pero considero más oportuna la
autocrítica que deban hacer ellos mismos, puertas adentro.
Es indispensable y
necesaria.
Pero a lo que voy a referirme es a la situación que
sucedió inmediatamente después de consumada la derrota ante Belgrano. Hubo una
imagen que, lamentablemente, se está haciendo reiterada en los últimos
partidos: el hall de la Platea Erico repleto de hinchas y socios que ya no
saben con quien descargar su angustia. Hinchas peleándose entre ellos, entre
nosotros. Con lagrimas en los ojos, la voz gastada de tanto gritar.
Pero este miércoles fue distinto. Javier Cantero
atendió el reclamo y salió a hablar cara a cara, sin intermediarios, con los
socios. A escucharlos, a contestarles. Como presidente, pero no, como un par. Y
podremos estar más o menos de acuerdo con sus respuestas, pero ahí estuvo. Para
oír y responder. Y, al menos en esta, le daré la derecha, pues es algo que
pocas veces se ve. A mi edad, tan sólo tengo el recuerdo de Pedro Iso ya viejo,
ya sin ver a la multitud que lo insultaba, caminando entre ellos, sin
esconderse.
No es un escenario cualquiera. Hubo un expresidente
reciente que no se animó a pisar aquel lugar en situaciones adversas.
No tuvo
las pelotas para hacerlo.
Por eso, ya sobre el final Julio Comparada siempre se
fue, casi como una antesala de lo que sería su salida del Club, por la puerta
de atrás. Pero allí si estuvieron los delincuentes que despidieron a Antonio
Mohamed con la marcha fúnebre. Que Mohamed debía dejar su cargo no hay ninguna
duda, su campaña al frente del equipo rozaba lo desastroso, pero no era esa la
forma.
¿Lo que hizo el presidente cambia el resultado del
partido ante Belgrano? ¿Suma en la tabla de puntos? ¿Sirve para engrosar el
promedio?
No, en absoluto.
Dependerá de los jugadores y el cuerpo técnico
encontrar la manera de ganar los 9 puntos restantes y quemar las naves en el
Torneo Final para sostener la categoría. Ellos y la comisión deberán cerrarse y
dedicarse única y exclusivamente a esta tarea, que nos urge.
Empezando por lo
próximo más importante: ganar los 3 puntos en el Nuevo Gasómetro.
Y reitero el concepto con el que abrí esta columna. No
desligo a la actual conducción de las responsabilidades que le competen en este
desastroso presente futbolístico. Ni a ellos ni a los jugadores y entrenadores.
Pero para hablar de culpas, hay que ir un poco más atrás y recordar a aquellos
que hicieron lo que parecía imposible:
Agarrar el Club más hermoso de la
Argentina y hacerlo mierda.
Los que, al igual que el expresidente, no
estuvieron en el hall. Ni antes ni ahora.
No tienen ni la cara ni los huevos
para hacerlo.
Fuente Infierno Rojo
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