Richard, handy en mano, en la popu contra Belgrano.
Gustavo Grabia / Ggrabia@ole.com.ar
El Gordo Richard, acusado de armar el parate del match
con Belgrano, quedó libre.
¿Causas? Mal procedimiento policial y pena
excarcelable de su delito.
Fue un escándalo. Un plan macabro armado para
perjudicar a Javier Cantero y Florencia Arietto en su lucha contra la barra
brava. Pero el costo a pagar por el violento parece mínimo: tras pasar cinco
días preso y tal como anticipó Olé , la Justicia lo liberó, aunque los dos
procesos abiertos en su contra continuarán. Aunque con resultado incierto: en
la causa por portación de arma y drogas la Policía hizo todo el trabajo tan
mal, como si fuera a propósito, para terminar beneficiándolo. Y en la que se le
sigue por dirigir el festival de bombas de estruendo, aún no declaró. Así las
cosas, la pelea sólo cobrará sentido si Ricardo Pavón, tal el nombre de
Richard, no entra nunca más a una cancha por el derecho de admisión. El club ya
lo pidió pero se necesita la colaboración policial. Si sólo se monta un
escenario que al tiempo se desarma, tal como ocurrió con la detención, no hay
salida.
Richard, referente de la barra de San Telmo, soldado de
quienes dirigen la del Rojo (su letrado es Rodrigo González, abogado de
Loquillo), empleado municipal de Avellaneda desde 2002 y con injerencia también
en el sindicato local, se benefició porque el acta de su detención no tuvo
testigos civiles, no tiene antecedentes y su delito permite una pena
excarcelable. Pena, es lo que siente el fútbol.
Fuente Olé
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