Con los Rojos inquietos por el bajo promedio y con el
nebuloso futuro de Almeyda en los millonarios, se medirán hoy a las 17, en
Avellaneda
El mano a mano entre Independiente y River mantiene las
revoluciones en el punto más alto, pero ahora por cuestiones bastante lejanas a
la lucha por el título o a la escuela de galera y bastón que los caracterizó en
otros tiempos. Guarda la ansiedad por el bajo promedio de los Rojos y por la
necesidad de los millonarios de una cosecha abundante en su vuelta a primera.
Se reserva la incertidumbre por los cimbronazos en los planteles: nombres de
peso que salen del equipo de Avellaneda y los puntos suspensivos alrededor de
Matías Almeyda por Núñez. Con distintas intenciones, pero con la electricidad
de siempre, el clásico se disputará hoy, a las 17, en el estadio Libertadores
de América.
Con apenas 14 puntos y en la zona del descenso, Américo
Gallego movió las piezas en Independiente, que tiene pendientes el partido con
Tigre y el segundo tiempo ante Belgrano (gana 1-0), que se completará el
miércoles próximo. Víctor Zapata y Eduardo Tuzzio ni siquiera quedaron
concentrados. Tras la caída con Estudiantes por 2-0, el Tolo volverá al esquema
4-3-2-1, con cuatro cambios: Cristian Tula, Jonathan Santana, Hernán Fredes y
Paulo Rosales por Gabriel Vallés, Fabián Vargas, Zapata y Lucas Villafáñez.
Entreverado por sus propias palabras, de las que se
desprenden aún más interrogantes por la continuidad, Almeyda hará un cambio
tras el 0-0 con Argentinos: Daniel Villalva por Carlos Luna. Marcelo Barovero y
David Trezeguet, recuperados de sus lesiones, serán suplentes. Manuel Lanzini,
que se quejó por la poca confianza que le dio el DT, no quedó ni siquiera
concentrado.
Historias que se entrelazan Los entrenadores guardan
historias cruzadas y, aunque suene contradictorio, paralelas. El fútbol todo lo
puede. Gallego, que fue campeón del mundo como futbolista en River -1986- y que
también ganó títulos locales como DT con los millonarios, hoy parece más
identificado con los Rojos, en los que cumple su tercera etapa. La más exitosa
fue la primera, en la que se adjudicó el Apertura 2002. Basta con recordar
algunas palabras de hace poco del Tolo, que en varios medios dijo: "En Independiente
me dan más bola que en River".
Aunque pocos lo recuerden, Almeyda, ídolo de los
tiempos modernos del club de Núñez, se entrenó un par de veces con
Independiente, pero a último momento se echó para atrás y nunca jugó un partido
oficial. Fue en agosto de 2004, por entonces con Daniel Bertoni como DT de
Independiente. El Pelado había arreglado un préstamo, pero, al final, rescindió
su contrato por un tema de inseguridad en el país y siguió su carrera en
Brescia, de Italia.
Fuente Cancha Llena
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