Los jugadores del Rojo cabizbajos.
Independiente jugaba mejor, pero Belgrano lo embocó en
una escapada de Jorge Velázquez. Lamentablemente, sus propios hinchas no
dejaron que el Rojo intentara darlo vuelta y, así, poder salir del descenso.
Dominio, claridad y llegada... Independiente era más
que Belgrano, pasaba por arriba a Belgrano. El Rojo salió a jugarse una final,
a poner lo que había que poner. Y claro, si conseguía los tres puntos iba a
superar a San Lorenzo y, después de mucho tiempo, dejar la temida zona de
descenso. Sin embargo, la historia terminó de la peor manera.
Los hinchas eran puro canto, puro aliento. Pero, en una
escapada sobre el final del primer tiempo, Jorge Velázquez la tocó por encima
de Hilario Navarro y a masticar bronca. Otra vez todo cuesta arriba. Y justo en
un momento en el que el equipo exhibía autoridad con Roberto Battión y Víctor
Zapata dominando el círculo central; con Osmar Ferreyra por izquierda y con
Fabián Vargas por derecha.
Ernesto Farías había gozado de la situación más clara
minutos antes, con un cabezazo desperfecto que le quedó en el pecho y que no se
animó a definir con su pierna menos hábil. Patricio Vidal también tuvo una que
Juan Carlos Olave sacó al córner. Lamentablemente, después del descanso, los
hinchas arrojaron una bomba de estruendo cerca del arquero del Pirata y todo
terminó en la suspensión del encuentro.
Independiente no pudo continuar con todo lo bueno que
había hecho en los 45' iniciales. No lo dejaron sus propios fanáticos. Esos que
son los primeros en querer que el equipo se salve y que, esta vez, fueron los
artífices de un escándalo que hasta podría terminar en descuento de puntos.
Fuente Olé

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