Por Ivan Santarsiero
Ayer me tocó estar en nuestro Estadio. Ese lugar
místico que día a día empieza a parecerse más y más al club que soñamos los
verdaderos hinchas. Un lugar donde veamos reflejada nuestra historia, nuestra
idiosincrasia Roja. La cara de los padres con los nenes. La cara de nuestros
viejos sonriendo. La cara del bocha, cuchareándola. Levantando un copa.
Un nuevo proyecto político encabezado por Javier
Cantero llegó al club enfrentando una profunda crisis de representación y
escepticismo generalizado del hincha. Incluso el mío propio.
Pero además, con un hecho político que requiere un
análisis profundo para entender la magnitud y la relevancia de este suceso. Y
como todo tiene que ver con todo, la historia, el presente, con el ayer y con
lo que vendrá.
Por un lado, Noray Nakis, figura desgastada y ya
conocida por el hincha. Nunca tuvo llegada. La ListaRoja, pese a presentar otro
candidato, no pudo despegarse de ese nombre.
Por otro, la agrupación que nucleaba al anterior
presidente Comparada. “Julio”, fue apartado de los lugares de mayor exposición
y de mayor poder en la lista ya que los primeros sondeos marcaban que no medía.
Luego de una charla extensa, la conducción de Nueva Generación Roja decidió
correr a Comparada de los cargos principales y presentar a Baldomero “Cacho”
Álvarez como candidato presidencial.
Hombre histórico del Peronismo bonaerense, con
importante influencia territorial e Intendente durante 12 años en Avellaneda.
Primero entre 1991 y 1999, en pleno menemato; perdió las elecciones ese año
frente a Oscar Laborde para estar al frente de la comuna nuevamente en 2003
hasta su salida en 2007 cuando es convocado al Ministerio de Desarrollo Social
provincial. Referente que ostenta poder construido a partir de esta extensa
carrera política. Él manda en Avellaneda. El aparato político responde a Cacho.
Una elección así en su distrito, era pan comido. Pero la política es como el
fútbol, siempre te sorprende.
Evidentemente, este sector de poder no contaba con un
aspecto: La sabiduría del socio. Y, tanto lo deseas, que al fin sucede. La
familia Roja quería un cambio. Y aquella “Generación” que buscaba seguir dentro
del club para hacer sus negocios, para convivir con los barras, para
enquistarse en el poder y tirar de la cuerda hasta que nuestro club se quiebre…
perdió las elecciones.
En 2011, se produjo en Independiente una elección
histórica por sus particularidades. El presidente electo Javier Cantero se le
plantó a la barra. Comenzó a ordenar las finanzas. Reforzó al equipo lo mejor
que pudo. Trajo al “Tolo”. Acertó y se equivocó. Aquello que prometió en la
campaña, se reflejaba bastante en la realidad.
Hubo un cambio de rumbo político, eso es innegable. Y
esa renovación no es bienvenida por los que quieren mantener su status quo. Un
sector realmente poderoso quedo expulsado por los hinchas en las urnas. Ya no
tiene lugar dentro de Independiente. Pero el poder no sabe entender a la
voluntad popular. El poder jamás resigna sus espacios. Nunca se queda de brazos
cruzados. Por más que hayan perdido las elecciones, están. Siguen operando.
Como lo hicieron en el partido anterior en el Libertadores de América, cuando
el vestuario visitante apareció con pintadas a favor de Racing y de Boca. Eso
sucede porque gente de adentro aún responde a aquel poder medieval que no
queremos. Por eso son “el poder”. Porque el poder que hoy tiene Cantero se lo
dieron los socios. Pero el poder de las mafias que siguen operando en
Independiente fue adquirido con impunidad, con puta guita, con el silencio de
la mayoría de los periodistas, en connivencia con el poder político y las
fuerzas de seguridad. Desde afuera, desde las sombras, se sigue financiado a
estos delincuentes. Allí está el verdadero enemigo.
Las cámaras han reflejado que hay un grupo de pibes de
15 y 16 años que serían los responsables de haber tirado las bombas de
estruendo. Pero no nos equivoquemos. Ellos han sido utilizados por los
verdaderos ideólogos. Son pibes flagelados por la marginalidad. Se mueven bajo
la promesa de protección. Pero también son víctimas. Hay que visualizar el eje
de lo que sucedió ayer. Las banderas contra Arietto simbolizan la guerra contra
estos delincuentes. La complicidad policial expresa que siguen teniendo impunidad
y poder para entrar y salir. Para meter y sacar. Para seguir operando por los
rincones del club.
La política necesita gente, y la gente en este país
está en el fútbol. En cada club se disputa poder.
Hoy por hoy, hay personajes poderosos del mundo de la
política que también son parte del mundo Independiente.
Hay un “Cacho”, un
Pablo, un Hugo que anda con un “Momo” que trabaja para un Cabezón que no quiere
que se corte el negocio de las barras y que necesita agitar el escenario
social.
La tapa de los diarios de hoy me dan la pauta que el poder logro parte
de su objetivo, se instaló nuevamente el tema de la violencia en el fútbol.
Algunos de estos que te nombro, también fueron expulsados en las urnas en otra
elección en la cual participó todo el país. Pero ya sabes, el “poder” nunca se
queda con los brazos cruzados. Ni en Independiente, ni en la Argentina.
Fuente Infierno Rojo
Nota de rrrojo: Que no se use politicamente este episodio. Recordemos la creación y USO de Hinchadas Unidad Argentinas, y las palabras desde la más alta investidura avalando "A quienes sentados en "la" para avalanchas alientan de espaldas a la cancha"
MEMORIA

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