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lunes, 10 de septiembre de 2012

Mansilla ex Rojo - Del destierro a la gloria...




Jacobo mira al cielo y agradece, mientras Cauteruccio y Romero se acercan a festejar.



Por Favio Verona

Jacobo Mansilla, con pasado fugaz en Independiente, mojó y lo gritó con todo. “Es la revancha que me dio la vida”, dijo.

El zurdazo furioso que se coló al lado del pie de Hilario fue su instante de revancha. De saborear el momento en el que el despecho se transforma en un plato frío, helado, de venganza. Jacobo Mansilla la tuvo que remar bien desde abajo para pisar el Libertadores de América porque en Independiente nunca le dieron la oportunidad. Bah, salvo que alguien crea que un minuto, el 16 de junio de 2007 contra Gimnasia de Jujuy, cuenta como chance para mostrarse. Aquella vez, Ustari jugaba su último partido en el Rojo. Y también, sin saberlo, claro, lo hacía el volante. El mismo que ayer hizo festejar a Quilmes y sufrir a los hinchas locales, a los que quizás su nombre les sonaba. O no...

Mansilla, tras su estreno, dejó Avellaneda para no volver. El Rojo lo dejó libre después de hacer la pretemporada con Trogilo. Se fue a prueba a San Martín (T) tres meses, volvió a Buenos Aires y practicó con los libres. Pensó en largar todo, no tenía más ganas. Pero en 2008 arregló en Brown de Adrogué, donde estuvo dos años y mostró su esencia: volante con mucha llegada. En 2010 lo fichó Defensores y ahí explotó siendo figura y el mediocampista más goleador del campeonato, con diez tantos. Fue el momento de pegar el salto. Al otro año, Caruso Lombardi -¿cómo no lo iba a tener visto, no?- se lo llevó al Quilmes modelo 2011/12, donde se ganó, con más actitud y entrega que gritos (metió tres), un lugar en el 11 de memoria que subió a Primera. Y ayer, regresó.

Cosas del destino, por haberse sumado tarde a la pretemporada, venía siendo suplente hasta este partido y ante Independiente fue su bautismo como titular. También su primer gol, aprovechando la perlita de Caneo en el caño a Velázquez y la posterior asistencia que lo dejó mano a mano. ¿Si lo festejó? Obvio, no era para menos. “Lo grité porque fue el primero en Primera. Es la revancha que me dio la vida hacerlo acá, pero no hay nada personal”, evitó la polémica Mansilla, aunque también tuvo su cuota de sinceridad: “Tiene algo especial”.

¿Algo nada más, Jacobo? Mmm...


Fuente Olé

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