Por Cristian Fernández
Julián Velázquez llegó el viernes pero por las lesiones
que afectan al plantel y, sobretodo, por su calidad, la misma que lo llevó a
Italia, tiene que ser titular ante Quilmes.
Todavía recuerdo sus primeros pasos en el debut. Como
lateral izquierdo, jugando con la pierna y la cancha al revés. Mostró fuerza,
tenacidad y un nivel de compromiso que sorprendió a todos. Hubo aplausos para
el pibe y un crédito más que abierto para verlo desarrollar en su puesto
natural, como central.
También recuerdo esa noche en el Libertadores de América,
ante el Goiás. Sí, desbordaba. No obstante, tuve la suerte de vivirlo con un
grupo de personas que querían salir campeón y que soñaban con que la Avispa
tenga un papel estelar. Y así fue. Metió el primer gol del partido tras un
rebote en el área y al instante miré a mí costado.
Ese grupo era un mar de lágrimas y al grito de gol su
hermano me dijo: “Se lo merece, no sabés todo el esfuerzo que hizo”. Por eso
cuando se dio su pase a Italia, con el dolor de perderlo en la zaga central del
Rojo, todos los hinchas se pusieron contentos con su alejamiento por el dinero
que entraba en el club y por su logro.
Sin embargo, esta semana y luego de que el Genoa no
abonara lo pactado todo se cayó. Por eso Julián tuvo que volver a Independiente
cuando ya en su cabeza y en su horizonte estaba Europa para continuar su crecimiento.
Esto provocó seguramente un problema anímico en el jugador.
Ante esta situación, lo mejor que puede hacer el Tolo
Gallego es ponerlo de titular junto con Cristian Tula, ya que además de ser la
mejor dupla central que pueda llegar a tener este equipo, para que Julián no
pierda el nivel de competición y se sienta clave. Y será muy importante la
ovación del hincha para el regreso de un pibe del club. Ahí entenderá que más
allá de lo que el dólar o el Euro pueden lograr, hay algo que no se compra y es
el cariño que todos los hinchas del Rojo tenemos hacia él.
Déjenlo jugar.
Que juegue.
Fuente Infierno Rojo
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