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domingo, 31 de enero de 2021

El mercado del desequilibrio

Por Ramiro Supph

Sin lugar a dudas el año 2019 representó la hecatombe económica de Independiente. En La Visera realizamos un exhaustivo análisis de los Mercados de Pases, tanto de Verano como de Invierno y el poco rédito que pudo sacarle el club a los siete futbolistas que llegaron.

Aquel año comenzó con dos ventas muy importantes. Una de ellas polémica, la de Gigliotti, por poco dinero al Toluca y la otra, la multimillonaria transacción de Maximiliano Meza a Monterrey por casi quince millones de dólares.

Pero la realidad es que Independiente no aprovechó bien el dinero. Entre el mercado de pases de Verano con Ariel Holan, y el mercado de Invierno con Beccacece realizó compras innecesarias, con montos exorbitantes y con contratos impagables para una economía como la Argentina.

Todo comenzó con Pablo Pérez. El volante que en aquel momento tenía 33 años tenía decidido salir de Boca tras perder la final con River en Madrid. Lógicamente, y por su condición de Capitán y referente, poseía un contrato muy elevado y para sacarlo, Independiente debía abonar alrededor de 1 millón de dólares (Entre cargo de préstamo y obligación de compra).

Finalmente el Rojo hizo el esfuerzo, y contrató a un jugador con un salario de nivel europeo.

Pablo Pérez nunca terminó de acomodarse al club, y tras un solo año, tuvo que irse a Newell´s, ya que Independiente no podía afrontar su sueldo. Actualmente le sigue pagando cerca de 120 mil dólares mensuales, hasta Junio de 2021.

Además, el rojo nunca terminó de abonar ese millón de dólares a Boca. Aún adeuda cerca de 650 mil dólares.

Entre rendimiento, costo y problemas, un muy mal refuerzo.

En total disputó 35 partidos, convirtió 4 goles y dio 5 asistencias. Sufrió dos expulsiones imperdonables, una de ellas ante Boca, en un partido que estaba para ganar, y otra contra San Martin, previo a un clásico de Avellaneda.

Luego llegó quien indudablemente fue el refuerzo que peor rindió en función de lo que se pagó. Cecilio Domínguez, quien arribó a Avellaneda desde América de México por un monto cercano a los 6.500.000 de dólares (De los cuales todavía debe pagarse una buena parte) y un contrato importantísimo.

Cecilio arrancó realmente bien, pero con el paso de los meses su nivel se tornó muy irregular, para terminar siendo suplente en el ciclo de Pusineri a comienzos de 2020.

Finalizó su estadía en el rojo con 42 partidos, 8 goles y una gran deuda futbolística en los partidos denominados "calientes" e importantes.

Independiente terminó debiéndole una fortuna, y el guaraní tras aguantar y aguantar explotó. Amenazó con intimar al club, pero finalmente llegaron a un acuerdo y milagrosamente llegó una oferta del Austin de la MLS para recuperar solo un poquito de lo que se había invertido en el extremo.

De los 6.5 que gastó, sólo pudo recibir poco más de 2 millones de dólares.

Ahora bien, la realidad es que decir que gastó 6.5 millones sería un error ya que aún, y dos años después de realizar la transferencia, se le siguen adeudando al América (Entre la ficha e intereses punitorios) más de la mitad del monto total que había acordado pagar.

Pasaron los meses. Holan se fue, y comenzó la era Beccacece. Al principio, la ilusión era grande, pero poco a poco, y tras los malos resultados con un plantel carísimo, tuvo que irse sin pena ni gloria del Rey de Copas.

Beccacece trajo 5 refuerzos: Barboza, Roa, L. Romero, Palacios y Chávez. De ellos, solo 3 continúan en el club, y hasta ahora ninguno, exceptuando quizá al perro, ha tenido un rendimiento consolidado.

El colombiano llegó a préstamo por una temporada, con un cargo de 900.000 dólares.

Nunca terminó de acomodarse en el Rojo, pero no es el punto a analizar. Luego de ello, se pagaron otras dos cuotas de 450.000 dólares al Deportivo Cali, en Junio y Diciembre de 2020 para hacerse con el pase del parcero.

En total, Independiente desembolsó 1.8 millones de dólares.

Lucas Romero llegó al final del libro de pases del invierno de 2019. No solo lo que se pagó, sino también el contrato que se acordó pagarle es una verdadera locura.

4.2 millones, 50% al Cruzeiro ya pagados y otro 50% a Vélez, donde aún se adeudan 500.000 dólares.

Sumado a eso un salario casi imposible de afrontar en una economía como la de nuestro país, y más en Independiente, donde no abunda la fluctuación de divisas... Es verdad que este año ha rendido, pero en función de lo que se pagó, aún debe demostrar mucho más.

Alexander Barboza Ullúa. Inexplicables 3.8 millones de dólares por el 85% de su ficha a River... Un jugador que nadie negaba quererlo en el Rojo, porque el DT lo conocía y porque venía de ser figura en el Defensa Subcampeón, pero que de ninguna forma podía valer ese dinero.

Sumado a eso, un contrato importante, muy superior a varias figuras que tenía Independiente en ese momento, como Franco, Figal, Domingo y Bustos, con méritos que aún se desconocen ya que nunca terminó de acomodarse en el Rojo. Si bien mejoró en el segundo semestre del año pasado, tuvo errores muy groseros en momentos clave, como en la Vuelta ante Lanús o en el encuentro ante Arsenal.

Independiente recién al final de 2020 pudo ponerse al día con River, gracias a que el millonario utilizó el Libertadores de América para disputar partidos en condición de local. La deuda así bajó, y pasó en unos meses de 750.000 dólares a solo 30.000.

Barboza pasará a Libertad de Paraguay entre esta semana y la próxima por un monto que si bien no es malo por el mal momento financiero mundial, no se condice para nada con lo que se pagó. Se irá por 1.5 millones limpios por el 50% de su ficha. Al Rojo le quedará un 35% de la misma y un 15% de una futura venta.

Total: 26 partidos, un solo gol y un nivel extremadamente irregular.

Sebastián Palacios, alguien que tendrá una revancha, porque por ahora poco demostró en Independiente. Arribó desde Talleres de Córdoba por 2.5 millones de dólares por el 50% de su pase. Inició como titular, pero su nivel mermó a tal punto que solo seis meses después terminó yendo cedido a Newell´s a préstamo y con un cargo de 300 mil dólares, de los cuales la mitad corresponden al Pachuca, dueño del otro 50% de su ficha.

Tras un año en Rosario, regresó a Avellaneda, pero la realidad es que el tucumano no está convencido de seguir. Independiente pretende alrededor de 2.4 millones de dólares para dejarlo salir, aunque es difícil que alguien ponga ese dinero sabiendo de las urgencias económicas del club.

Finalmente, hablaremos sobre Christian Chávez, la incorporación más insólita de la historia. Independiente "Pagó", porque aún no lo hizo, casi dos millones de dólares por el delantero que en aquel momento jugaba en Aldosivi.

Nunca estuvo a la altura del club, no hizo ni un gol y se fue a préstamo, primero a Central Córdoba y luego a Defensor.

En fin, el 2019 fue sin duda el peor año económico de Independiente, más allá de los pésimos resultados deportivos.

En total se prometió (nuevamente porque aún no se pagaron varios pases) pagar en refuerzos un monto cercano  a los 21 millones de dólares, sumado a contratos inabordables que hasta el día de hoy representan un dolor de cabeza para la institución.

De esos 21, se recuperó menos de 1/3. Semejante inversión que derivó en problemas de todo tipo para Independiente.

Los responsables sobran. DTS, representantes, asesores, directivos.... La pregunta es, ¿Cuánto podes odiar a un club para destruirlo de semejante forma? o bien, ¿Que tan ignorante tenés que ser?

Independiente aún sufre esos mercados, y los seguirá sufriendo hasta que pague...

 

Fuente La Visera


 

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