(Foto: Germán García Adrasti)
Por Favio Verona
El Rojo le adeuda plata al plantel y a varios clubes por
incumplimientos y atrasos en el pago de las cuotas de algunos pases. Muchos
reclamos llegaron a la FIFA y está latente la amenaza de sufrir quita de
puntos. Buscarán vender a varios jugadores del actual plantel.
La situación no puede ser subestimada. Las finanzas de
Independiente no gozan de buena salud. El club incumplió los pagos de cuotas
por los pases de varios jugadores y le debe dinero al plantel. Aún hay margen,
pero si los directivos no logran acomodar los números, el riesgo de sufrir una
quita de puntos está latente. Para curar el malestar primero hay que prestarles
atención a los síntomas. Y son varios los indicios que delatan la existencia de
un problema de fondo.
La depreciación del peso, sumada a la ostensible imprudencia
de algunas decisiones tomadas por la Comisión Directiva, produjeron
desequilibrios que es necesario corregir.
“Vamos a tener que renegociar algunos
contratos”, comentó el vicepresidente, Pablo Moyano.
El directivo le delegó al
vice 2°, Carlos Montaña, la tarea de sentarse a conversar con los futbolistas y
sus representantes para interiorizarlos acerca de la crisis que atraviesa el
club. Montaña deberá hacerse cargo de la renegociación de vínculos, una forma
elegante de anunciar que habrá un intento de reducción de los salarios del
plantel profesional. Existen vínculos que el Rojo no está en condiciones de
afrontar tras la devaluación. El sueldo más alto del plantel es de u$s
1.200.000 anuales y hay jugadores que cobran en dólares con un tope de $52. Se
torna imprescindible tomar medidas de ajuste. En el próximo receso se buscará
llevar a cabo una depuración del plantel. Es por eso que todos los futbolistas
estarán en la vidriera y los directivos aguardan con ansias consumar algunas
ventas para darle alivio a la tesorería.
Martín Campaña, Alan Franco, Nicolás
Figal y Martín Benítez son jugadores a los que quieren vender. También les
buscarán salida a Francisco Pizzini y a Cristian Chávez, quienes juegan poco y
tienen contratos importantes.
El club lleva dos meses de atraso a los futbolistas.
Independiente se autoincriminó en la Superliga en dos oportunidades. ¿Qué
quiere decir eso? La dirigencia reconoció que no tiene fondos para abonarle al
plantel. A raíz de eso, sufrió la quita de un monto equivalente 10% de la deuda
con los jugadores, que se debitará directamente de los ingresos televisivos de
noviembre. Como el club también avisó que no podrá afrontar los compromisos
salariales del corriente mes, le quitarán un 20% en diciembre. Y si sigue sin
pagar, el próximo recorte será de un 30%. El gran problema es que tras la
cuarta advertencia la Superliga tiene la potestad de aplicar un descuento de
puntos.
Además, las cuentas del club en la Superliga se encuentran embargadas
por el ex directivo Claudio Ciancio, quien reclama el pago de una deuda de
1.000.000 de dólares con intereses que aportó durante la gestión de Javier Cantero
para financiar la construcción de los palcos del sector Norte del estadio.
Por más que los dirigentes lo nieguen, el panorama es
preocupante. Independiente tiene además varias causas abiertas en FIFA por no
haber pagado las cuotas de algunas transferencias. Podrá apelar al TAS para
patear el inconveniente, pero si no abona los montos correspondientes sufrirá
quita de puntos. El máximo ente del fútbol mundial intimó al club de Avellaneda
a pagarle al América dos cuotas de u$s 600.000 más una penalidad por ese mismo
monto y alrededor de 200.000 de intereses correspondientes al pase de Silvio
Romero. El Rojo también tiene que pagarle al Torino 1.600.000 dólares por
Gastón Silva y dos cuotas de 225.000 a Pumas por haberle soplado al jugador de
forma irregular. En ese caso es inminente la llegada de la intimación final
previa a la sanción deportiva.
Hace algunos meses, Independiente dejó de pagar el pase de
Cecilio Domínguez, que fue el jugador más caro de la historia del club:
6.000.000 de dólares. El tema aún no llegó a FIFA, pero lo estará si los pagos
se siguen dilatando. A Fernando Amorebieta, quien se marchó a principios de
año, le deben 550.000 euros y su agente exige 200.000. Al Vasco lo representa
un grupo de abogados españoles que también está a cargo de las protestas del
América por Romero y Domínguez.
Celta de Vigo reclamó en FIFA u$s 298.000 por el pase de
Pablo Hernández. Emelec, dueño del 30% de la ficha de Fernando Gaibor, exige el
pago del 30% del cargo del préstamo del jugador ecuatoriano (u$s 210.000),
quien se encuentra en Al Wasl. Francisco Silva pide 595.000 verdes en concepto
de rescisión anticipada de su vínculo. Y Defensor Sporting reclama u$s 850.000
por la transferencia del uruguayo Carlos Benavídez.
La situación es aún más delicada contemplando que el último
balance arrojó un incremento del pasivo de $ 518.084.640 a $ 1.155.382.431. Por
supuesto que influyó la devaluación ya que una parte de la deuda del club es en
dólares, pero también se han tenido que cancelar algunos compromisos dada la
enorme inversión que hizo el club para reforzarse en el último mercado de
pases: se gastaron 15.500.000 dólares por futbolistas que hasta el momento no
rindieron. “El socio no tiene por qué preocuparse. La deuda es manejable y nos
va a entrar plata de algunos pases”, intentó traer tranquilidad Pablo Moyano.
Los números, al menos por ahora, no parecen respaldar sus palabras.
Fuente Olé


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