Después del amistoso, se cruzaron duramente hinchas de
Independiente y de Tristán Suárez.
Durante la previa y en el partido, el clima era de fiesta.
En un interesante amistoso que Independiente le ganó 2-0 a Tristán Suárez, se
disfrutó de la inauguración de la luminaria, hubo fuegos artificiales,
camaradería entre las dos delegaciones y un estadio repleto.
Pero lamentablemente la alegría llegó a su fin cuando
terminó el encuentro y la policía dispersó a ambas parcialidades al mismo
tiempo. Hubo un foco de conflicto en la estación de tren de Tristán Suárez,
donde lo que empezó con insultos terminó en una batalla campal entre hinchas
comunes del Rojo y la barra brava del Lechero.
Piedrazos, botellazos, palazos, piñas, balas de goma y gases
lacrimógenos en los andenes, donde no se distinguió entre hombres, mujeres,
ancianos, niños y niñas. Una vergüenza absolutamente repudiable. Los oficiales
intervinieron demasiado tarde, se vivió un largo momento de tensión extrema y
demoraron a muchos hinchas de Independiente pertenecientes a barrios como Monte
Grande, Lavallol y Ezeiza, entre otros.
Por el bien del fútbol argentino, estas cosas no pueden
seguir pasando. ¡Basta de violencia
Fuente Infierno Rojo
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