Por Lucas Campos
Mi nombre es Lucas Leonel Campos, soy el socio n° 33587 del
Club Alético Independiente. Soy Periodista Deportivo y Licenciado en
Comunicación Social, además de hincha de la institución de Avellaneda desde que
nací. Digo esto, y aclaro, que esos títulos no redujeron mi sentimiento por el
equipo sino que maximizaron la pasión pero a su vez también, la expresa
necesidad de interpretar y criticar profesionalmente los distintos episodios en
la vida del Rey De Copas con total imparcialidad.
A mí, personalmente, me cuesta bastante pagar la cuota
social de unos 700 pesos al mes. Creo que en este contexto económico, le sucede
a la mayoría de los socios. Por eso, es importante entender el rol que ocupamos
dentro de un club social. Tengo 24 años y desde que mi memoria funciona, veo en
Independiente, una institución repleta de dirigentes que no hicieron más que
manchar la historia el club y destruir sus posibilidades políticas, económicas
y deportivas.
Independiente es una de las instituciones más prestigiosas
al nivel de clubes en Argentina y que alberga muchas disciplinas, es una
educación secundaria, también. Pero sobre todas las cosas, es un club de
fútbol, que se hizo grande justamente por sus logros por jugar a la pelota. Por
consecuencia, me tomaré algunos párrafos para expresar mi voz, porque el medio
partidario "De La Cuna Al Infierno" me lo permite y aunque no fuera
así, todos los socios deben encontrar la manera de hacerse escuchar.
Arrancaré aclarando que esta columna no es ninguna postura
de oposición a la gestión de Hugo Moyano, la cual voté en ambas oportunidades.
Sino que solamente algunas cuestiones que entiendo, con suma humildad y opinión
propia,deben cambiar.
Independiente necesita recuperar su identidad y no
encierro en el término solamente el lado deportivo, sino político. Necesitamos
que la política de sus dirigentes sea por y para Independiente, el socio
necesita que ese voto de apoyo se vea reflejado en el plano nacional e internacional.
Debemos encontrar la manera por la cual la gestión actual realmente ocupe un
lugar de equipo grande en la AFA, necesitamos también que luche por una
distribución más justa del dinero, que batalle cuando se vea perjudicada por
los fallos arbitrales, que acompañen al equipo de Reserva, que acompañen la
gestión de Inferiores todos los años y que estén al tanto de cada uno de los
chicos que tienen un vínculo con el club.
Necesitamos vernos reflejados en la gestión deportiva,
abrirnos nuevamente al mundo. Necesitamos que los pocos veranos de títulos que
nos suceden no sean sólo veranos por el capricho de algunos hombres que quieren
hacer negocio con el club. Necesitamos gente que viva en Independiente. Que
realmente nos haga sentir que estamos representados. La grandeza no se sostiene
inaugurando solamente obras, que realmente las hacen y son de gran nivel pero
que no se apoyan en una dimensión política y deportiva de un club como
Independiente.
Agrego, solamente, que cubrí durante dos años las inferiores
del club. En esos dos años, ningún integrante de la Comisión Directiva fue a
observar la jornada de los pibes. Ayer, el Rojo quedó afuera de la Copa
Argentina, y por consecuencia, de la Copa Libertadores, competencia que no gana
hace 35 años y que la juega cada 5. Pocas horas antes del partido ante Lanús,
jugó la Reserva, y como con las inferiores, ningún dirigente fue a verla. Estas
cuestiones las veo sumamente necesarias a saldar
Sin ánimo de aburrirlos más, les digo, nos tienen que
permitir hacer valer la voz del socio, tenemos que hacer oír la voz del socio
que paga 700 mangos y que hace más de 20 años observa una institución que sólo
se mantiene por la historia y que tiene un pasado inmediato y un presente
deportivo absolutamente mediocre. Lo digo sin ningún pudor, ejerzo gratis la
profesión en un medio partidario y sin ningún objetivo inmediato. Solamente que
entiendo, como necesario, expresar mi voz como socio del club de toda mi vida
sin atender a los resultados de ganar, empatar o perder pero sí con la
necesidad de hacer de Independiente un club social en el que todos participen
activamente de la vida de la institución
Fuente De la Cuna al Infierno
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