Por Denis Fabricatore
Independiente perdió 2-0 ante Lanús en Rosario, quedó
eliminado de la Copa Argentina en cuartos de final y se despidió también de la
clasificación a la Libertadores 2020. Una cadena de errores administrativos y
deportivos termina con un semestre tirado a la basura.
Al Rojo lo dejaron afuera con muy poco. Si bien el equipo
fue más corazón que fútbol, mostró una mejora notable respecto de los últimos
partidos y dominó el trámite en la mayoría de los minutos. Pero fue el Granate
el que aprovechó las pocas que tuvo, en dos desatenciones groseras del fondo de
Independiente.
El primer tiempo fue de ida y vuelta. Los dos equipos
jugaban en campo rival y las áreas de Martín Campaña y Agustín Rossi tenían
peligro constante. Lo que fallaba, de ambos lados, era el puntazo final.
Nicolás Figal tuvo la más clara para el Rojo con un remate desde lejos. Lanús,
que llegaba con más facilidad, respondió con una media vuelta de José Sand que
hizo lucirse al arquero uruguayo. Silvio Romero y Lucas Romero también sacaron
remates desviados después de buenas jugadas colectivas.
Cuando parecía que el primer tiempo terminaría en cero, a 20
segundos del final llegaron dos errores garrafales de Alan Franco y del juez de
línea. Tras un pelotazo desde el fondo granate, el central quiso parar la
pelota y se la dejó servida al Pepe Sand, quien definió en clarísimo offside.
Catástrofe defensiva y arbitral que mandaba al Rey de Copas al descanso 0-1
abajo.
En el complemento, Beccacece metió mano enseguida para
intentar cambiar la historia. Sacó de la cancha a Franco, Gastón Togni (volvió
después de ocho meses) y Pablo Pérez, y apostó por Juan Sánchez Miño, Cecilio
Domínguez y Martín Benítez. El trámite fue todo del Rojo, que tenía la pelota
más que los de Luis Zubeldía y llegaba una y otra vez al arco de Rossi, con más
centros que juego asociado. Pero una vez más falló en la definición.
Las tres más claras fueron de cabeza. Primero Gastón Silva y
después Juan Sánchez Miño se perdieron el empate en posición inmejorable, y más
tarde, el arquero se lo tapó a puro reflejo a Andrés Roa. Como si no fuera
suficiente para un equipo que era pura impotencia, los errores arbitrales
volvieron a perjudicar a Independiente: ni Néstor Pitana ni el mismo juez de
línea que convalidó el primer gol vieron un claro penal sobre Cecilio Domínguez,
en el mejor momento de los de Avellaneda.
No le quedaba mucho más por hacer al Rojo. Se había quedado
sin ideas y sin piernas. Y en un contraataque, Lanús lo liquidó. Un desborde
por izquierda agarró mal parada a la defensa roja y Luciano Abecasis conectó en
el punto del penal sin mucha resistencia. 2-0 y punto final para la ilusión de
Independiente, que así se despedía de un certamen que era el único objetivo que
quedaba por cumplir.
O por perder.
O por perder.
Una derrota que duele y que enmarcó un semestre
desperdiciado, un año sin títulos y posiblemente el fin del ciclo de Beccacece
como entrenador.
Fuente LxR
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