Además, el club de Avellaneda recibiría un porcentaje de una
futura venta. El pibe jugó apenas 57 partidos.
Inolvidable Maracaná. Ezequiel Barco tuvo su noche
consagratoria en la final de la Copa Sudamericana ante Flamengo.
Por Nahuel Lanzillotta
Las novelas también tienen un final. Y este, con la venta de
Ezequiel Bar- co, tuvo suspenso pero no sorpresas. El pibe de 18 años jugará en
el Atlanta United de Estados Unidos, Independiente recibirá por el pase 15
millones de dólares limpios más un porcentaje de una posible futura venta a
definir. En total Barco jugó 57 partidos y convirtió 8 goles entre torneo
local, Copa Sudamericana y Copa Argentina.
No parecía haber otra salida para este laberinto en el que
el jugador había metido a la dirigencia roja. El pibe nacido en Villa
Gobernador Gálvez forzó este desenlace porque, según argumentaron desde su
entorno, fueron los propios directivos de la institución de Avellaneda quienes
antes de las finales de la Copa Sudamericana contra Flamengo le habían
prometido en la cara que sería vendido a la Major League Soccer.
Es que había un acuerdo de palabra entre Independiente y
Atlanta United por 12 millones de dólares. Sin embargo, tras la actuación
estelar del juvenil en el Maracaná, con gol de penal incluido, Hugo y Pablo
Moyano -presidente y vice, además de padre e hijo- le subieron la cotización.
En realidad, pidieron el doble en un primer momento. Pero desde Estados Unidos
avisaron que no podrían pagar 24 millones netos, algo así como 32 millones
brutos.
Ofrecieron, en cambio, 12 millones a pagar al momento de la
firma más otro millón en diciembre y otros 4 millones más en bonus por
objetivos (presencias, goles, títulos) a cobrar en 2019 y 2020 de alcanzarse.
La oferta fue rechazada por la CD del Diablo antes del inicio de la
pretemporada. Esto enfureció al jugador, quien decidió no presentarse a las
prácticas. Desde la dirigencia apuntaron al representante, Adrián Faija,
acusándolo de mala influencia y cortaron el diálogo. Al mismo tiempo, intimaron
a Barco con una carta documento para que se presentara al entrenamiento y
avisaron que demandarían ante la AFA al empresario por no tener licencia para
operar (desde su lado argumentan que está registrado en Inglaterra como
agente). Nada modificó la dura postura del chico, que siempre tuvo en claro que
se quería ir para poder dar un salto en lo económico y así ayudar a su familia.
Al ver que la cuestión iba en serio, los directivos
retomaron la negociación con el club cuyo primer equipo es dirigido por Gerardo
Martino por otra vía y avanzaron en lo que derivó en el acuerdo que casi se
cerró ayer.
La opinión de los hinchas en las redes sociales quedó
partida. Por un lado se expresaron los indignados por el accionar del
futbolista de la Sub 20 de Argentina; otros, en tanto, apoyaron su decisión.
Sin dudas, toda esta novela fue un punto negro innecesario que, si bien no
opaca todo lo bueno que hizo con la camiseta colorada, provoca una salida que
lejos está de ser la ideal.
Ahora, desde Avellaneda evalúan cómo invertir el dinero que
recibirán. Una parte se destinará para cancelar deudas, pero otra irá para
reforzar el plantel que tendrá que afrontar un año con variadas competiciones:
Superliga, Recopa, Copa Libertadores, Suruga y Copa Argentina. En estas horas
apretarían el acelerador por el uruguayo Alejandro Silva, quien podría llegar
desde Lanús a cambio de 2.8 millones de dólares. Otro que interesa y mucho es
Fernando Gaibor, el volante ecuatoriano de Emelec, tasado en 6 millones de
dólares. El que no vendrá, según dijo ayer Pablo Lavallén en Radio Uno, es
Matías Suárez: “Agradeció la propuesta de Independiente pero nos dijo que se
queda con nosotros”, aseguró el DT de Belgrano.
Fuente Clarín
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