Ahora piden más deUS$ 17 millones por su pase a EE.UU.
La consagración. Ezequiel Barco grita su gol en el Maracaná
y Gigliotti se suma. Para Independiente, esa noche cambió su cotización
.
No hay dudas. Ezequiel Barco quiere irse de Independiente a
jugar a la Major League Soccer de los Estados Unidos. Ya se lo había dicho al
presidente, Hugo Moyano, y al técnico, Ariel Holan, todavía con el corazón
agitado por la inolvidable vuelta olímpica en el Maracaná tras la obtención de
la Copa Sudamericana. Y ayer volvió a dejarlo en claro, pero esta vez sin
emitir una palabra. El pibe de 18 años redobló la apuesta y visibilizó su
malestar haciéndose invisible. Para sorpresa de todos, pegó el faltazo en la
vuelta al trabajo del plantel en el predio de Villa Domínico porque la
dirigencia rechazó el último ofrecimiento que el Atlanta United -dirigido por
Gerardo Martino- hizo llegar el martes. Así, la Joyita del Diablo pretende
forzar su salida y le pasó la pelota caliente a la Comisión Directiva, que
deberá decidir entre ceder ante la presión del jugador y aceptar la oferta o
mantener su postura de pedir más dinero e intimar a Barco a que se presente a
entrenarse como el resto de sus compañeros.
“Ya perdí a los dos extremos... Bueno, a Rigoni lo perdí y
ahora hay que ver qué pasa con el otro”, dijo Holan en conferencia de prensa.
El otro extremo al que se refirió en esa frase es justamente Barco, a quien
casi que dio por perdido en ese acto fallido que bien puede ser un indicio de
lo que ocurrirá al final de este conflicto que se instaló en el corazón de Avellaneda.
Lo que sí expresó de manera clara el DT es que respeta la decisión del
futbolista de emigrar, aunque no la comparta: “Me encantaría que Barco
siguiera, como me hubiera encantado que siguiera Rigoni en su momento o
Tagliafico. Pero son cifras que posibilitan que el club se consolide”. Y
agregó: “Independiente está en un proceso de consolidación económica y
financiera. Y si la venta de Barco es buena para él y para el club, yo no tengo
nada que decir al respecto”.
Holan ya hizo lo que tenía que hacer con el juvenil nacido
en Villa Gobernador Gálvez, Santa Fe. Luego de la final con Flamengo, en la que
Barco convirtió el penal del título y fue la gran figura, el entrenador le
aconsejó que siguiera en el Rojo un tiempo más o que, de partir, lo hiciera en
todo caso a una liga de primer nivel como las europeas. Sin embargo, el
ofrecimiento más jugoso hasta el momento vino desde Norteamérica y allí desea
volar Ezequiel.
Está enojado Barco. Principalmente porque, según sostienen desde su entorno, los dirigentes
no están cumpliendo con su promesa. “Vos jugá tranquilo que está todo acordado
de
palabra”, le habrían dicho algunos directivos al futbolista
en la previa de las finales de la Sudamericana. Pero, luego de su alto
rendimiento en esos partidos determinantes, escuchó otra cosa: “Las condiciones
cambiaron”. Para Hugo y Pablo Moyano, presidente y vice, padre e hijo, la
cotización de 12 millones de dólares de Barco se disparó al doble.
Antes de enfrentar a Flamengo, los abogados de Independiente
y del Atlanta United habían comenzado a intercambiar la documentación para
avanzar con la negociación. El
acuerdo verbal era cierto. Pero llegó el primer “no” rojo
con las nuevas condiciones ya mencionadas. Desde la MLS enviaron otra
propuesta, entonces: 12 millones de dólares a pagar al momento de cerrar la
operación (como la oferta inicial) más otro millón en diciembre y otros 4
millones a pagar de acuerdo con el cumplimiento de objetivos.
Si Barco juega seis partidos en 2019, Independiente cobraría
otros 500 mil dólares; si juega 12 partidos, un millón (la misma fórmula para
2020). Si Barco es goleador de la MLS, Atlanta United pagaría otros 500 mil
dólares
y medio millón más si el equipo sale campeón. Esto aplica
también para 2020. Pasando en limpio, si el Turri logra alcanzar todas esas
metas, al Rojo le entrarían en total unos 17 mi
llones netos, aunque asegurados en realidad son 13 y el
resto podría no cobrarse nunca. Además, si el mediapunta de la Selección Sub 20
es vendido antes del 31 de diciembre de 2019, Independiente se quedaría con el
30 por ciento directo. Y si la venta se efectúa después de esa fecha la
institución de Avellaneda recibiría el 10 por ciento de una plusvalía sobre los
13 millones de dólares.
Si bien una parte de la dirigencia ve con buenos ojos
aceptar estos números, los Moyano -al cabo, los que bajan el martillo- consideran
que no es suficiente. “En estos términos no nos cierra, ahora si ofrecen pagar
todo junto...”, le aseguró a Clarín alguien que se sienta en la mesa chica.
“Pare
cería que no quieren venderlo”, vociferan cerca de Barco,
que tomó en la noche del martes la decisión de no concurrir a Domínico.
¿Aparecerá hoy en la práctica? La dirigencia espera que así sea. Caso
contrario, evaluará los pasos a seguir (¿multa?).
Mientras los hinchas se dividen en las redes sociales entre
los que critican su accionar y los que lo apoyan, Barco tiene rumbo incierto.
Fuente Clarín
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