Independiente volvió a la victoria ante Vélez y los tres
puntos significaron una bocanada de aire fresco para un equipo había mermado en
juego y actitud, pero que todavía tenía latentes las ilusiones. En InfiernoRojo
desglosamos las claves de que llevaron al triunfo.
Esta vez, entró una: Sin duda la clave número uno para
explicar por qué esta vez el Rojo ganó a diferencia de los otros partidos.
Contó con innumerables situaciones de gol, algunas desdibujadas, otras más
concretas, pero esta vez, al menos, una la pudo meter en el arco. Fundamental.
La paciencia por la preparada: Esta vez, lo que se suele
protestar, salió bien. El plan de llevar dos jugadores a ejecutar el córner y
otro más acercado para llevarse la marca rival rindió sus frutos, porque
permitió que Maximiliano Meza ingrese con un hueco libre en el corazón del área
para empujarla a la red.
No entró en la nebulosa: Al equipo de Ariel Holan le costaba
generar ésa situación que le permita abrir el marcador. Pero esta vez, ante las
fallas continuas, los jugadores no desesperaron y el Rojo no entró en esa
típica nebulosa que lo pierde en el partido. Por el contrario, siguió
insistiendo hasta que logró su objetivo.
Tuvo dos tractores: Si hubo un factor que hizo que el equipo
nunca baje la intensidad, ni siquiera en los últimos minutos cuidando el 1 a 0,
fue que contó en cancha con dos animales que corrieron absolutamente todo:
Diego Rodríguez Berrini y Jonás Gutiérrez. Fueron piezas elementales para que
Vélez no crezca de mitad de cancha a tres cuartos. Ideal.
Control abajo: Pese a algunas fallas, se vio cierto
pragmatismo útil en la defensa a la hora de despejar. El uruguayo Gastó Silva,
o Fernando Amorebieta cuando entró, no tuvieron ningún problema en despejar la
pelota a cualquier parte con tal de que Vélez no recupere en posición de
ataque. Está perfecto ¿para qué nos vamos a estar complicando?
Fuente Infierno Rojo


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