El Rojo suele ser una máquina de errar goles y Jonás
Gutiérrez dijo que deben aprender de lo que sucedió ante Patronato.
Por Favio Verona
Hizo méritos para acreditar el título de maestro mayor de
obras. Sin invertir un peso en el último mercado de pases, Ariel Holan supo
emplear el material disponible y edificó un equipo con bases sólidas para
sostener la ilusión de los hinchas. El técnico apuntó a poner los cimientos en
sus primeros partidos. Y con el tiempo levantó una estructura que potenció y
jerarquizó a varios juveniles. No hay grandes individualidades, la figura del
equipo es la idea. El casillero de las objeciones hacia el entrenador está
prácticamente vacío. Pero hay algo que Independiente no logra resolver.
Producto de su ineficacia, el equipo derriba gran parte de lo que construye.
Cada una de las 12 situaciones de gol que el Rojo dilapidó el domingo frente a
Patronato (1-1) fue una bomba que demolió esperanzas de pelear el torneo. La
película ya se proyectó varias veces sobre el césped del Libertadores.
Independiente hace lo más difícil: generar. Pero falla en el último toque. La
falta de contundencia privó de varios triunfos al conjunto de Holan.
“Creamos muchas situaciones de gol y no las pudimos
concretar. Tenemos mucha bronca porque perdimos dos puntos importantes. Hay que
aprender de estos partidos para que no vuelva a pasar”, manifestó Jonás
Gutiérrez. El diagnóstico fue en consonancia con la lectura del entrenador. “El
equipo está creciendo a medida que pasan los partidos, pero en un torneo largo
es indispensable conseguir victorias de local. Más allá de que hay cosas
positivas para rescatar, tenemos mucha bronca porque estos puntos después se
lamentan”, insistió el ex Vélez. Y redondeó: “No podemos perder estos
partidos”. No se equivocó: el empate agónico con gol de Meza no borró el sabor
a derrota.
Más allá del lamento por los dos puntos perdidos, la
preocupación es a futuro. Leandro Fernández, quien ante Patronato desperdició
cinco ocasiones claras, es el jugador más ineficaz del campeonato: remató 28
veces al arco y convirtió dos goles. Benedetto es la contracara: disparó 23
veces y anotó ocho. “Es un diamante en bruto y el día que se tranquilice en el
área va a ser un delantero mucho más peligroso”, decía Gabriel Milito. El mismo
reclamo les hizo Bochini a él y a Benítez: “El área es el lugar en el que más
tranquilo tenés que estar. No siempre es bueno patear fuerte”. Albertengo no
consigue trascender la irregularidad. Gigliotti es la imagen de la impotencia,
Desde que regresó tras su cirugía por pubalgia y hernia inguinal, el Puma
siempre llega tarde al encuentro con la pelota.
En el último mercado de pases, Independiente perdió los
goles de Rigoni y la dirigencia no acató el pedido de Holan de traer un nueve.
Las consecuencias están a la vista.
Fuente Olé
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