Independiente vs. Alianza Lima (Carroll).
Por Andres Morando
Ni vos ni yo lo podemos creer. Lo que debió ser una cómoda
goleada para viajar tranquilos a Lima, concluyó en un cero increíble. Pero
celebremos este camino. Y la actitud de los nuestros. Ayer vimos mil y un
desbordes, gambetas, paredes, juego asociado. Y a pesar de todo ello, ¡no la
pudimos meter! Más allá de que lógicamente debimos concretar al menos una de
las ¡más de diez situaciones de gol! que generamos, nos quedan conclusiones
positivas, amén de la obvia negativa que es la falta de gol: la confirmación de
que Barco debe ser titular (lo venía pidiendo), así lo marcan su desequilibrio
y ritmo frenético de encarador incansable. También, el muy buen nivel de
Rigoni. A Erviti, Blanco y Domínguez se los notó en otra frecuencia en el
primer tiempo, pero se destacaron en el segundo. A Gigliotti no quiero
condenarlo, pero errar un penal en una llave eliminatoria es regalar demasiado.
Y la ratificación de que Campaña es un arquero para salir campeón: tapa las
pocas -ayer tuvo dos difìciles en el PT- que tiene que sacar. Y ante un rival
que en el complemento se abroqueló atrás, igual le entramos por todos los
wines.
En relación a esta Sudamericana, que será de largo aliento
hasta diciembre, por un lado representó el debut de Ariel Holan como DT en una
competición internacional, pero ojo, que no lo fue así para varios jugadores
del plantel. De la que jugamos en el 2015, sobreviven Tagliafico -cada vez más
querido-, Benítez y Albertengo (hoy Toledo no juega). Y respecto a nuestra
participación en el 2016, a los tres mencionados hay que agregarles a Campaña,
Figal, Torito, Rigoni, Barco, Sánchez Miño y Meza (hoy D. Martínez no tiene
lugar). Estos datos vienen a colación para cerrar dos conceptos: 1) a todos
ellos les deseamos la mejor Sudamericana 2017, puesto que hoy defienden nuestra
camiseta y 2) les pedimos una performance a la altura del club; por ende ya no
hay espacio para despedidas sin pena ni gloria. Es hora de alcanzar instancias
decisivas. O que, en todo caso, vendamos cara la derrota. No queremos más noches
como la de hace dos años ante Independiente Santa Fe en el Libertadores o el
vergonzoso paso de comedia que dimos contra Chapecoense en Brasil. Ayer
iniciamos otra historia, y nos quedó atragantado el grito de gol. Pero este es
el camino. Entonces, a no bajar la cabeza y ¡pierna fuerte y templada!
Fuente Olé

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