Por Luis Stocik
Con su velocidad y buen manejo desnivela cada vez que se
lo
propone y le aporta al equipo el desequilibrio que muchas veces no encuentra
desde el juego asociado. Volvió a marcar y es el goleador del Rojo.
Emiliano Rigoni se transformó desde un primer momento en
vital para el esquema de Ariel Holan y no deja de demostrarlo partido a
partido. El cordobés vuela por todo el frente de ataque, le saca una ventaja a
todos y encima está facturando seguido como lo hizo ayer ante Arsenal
poniéndole la frutilla al postre de jugada que armaron Barco, Benítez y Sánchez
Miño. Con cuatro goles desde que se reanudó el torneo Rigoni es el goleador de
la era Holan.
Difícil de imaginar un Independiente sin Rigoni. Es que el
media punta hace todo y todo bien. Genera espacios, afana en velocidad, le pega
con las dos y se encarga de resolver muchos problemas que suele presentar el
equipo. Ante el Arse dio acabadas muestras de que hoy por hoy hay pocos veloces
como él y con el vértigo que le imprime a cada ataque genera caos en las
defensas y espacios para que el Rojo pueda llegar al gol.
Además de todo Rigoni comenzó a meterla seguido. Lo demostró
en el choque con vélez, por duplicado ante Patronato y ayer en el Viaducto. En
total lleva convertidos seis siendo el goleador del equipo pero en
Independiente ya metió 11 en sus 41 partidos disputados.
Con solo pensar que con la llegada de Holan al Rojo estuvo
muy cerca de dejar la institución muchos se agarran la cabeza. Por suerte el
cordobés recapacitó, Holan le dio la confianza que implica la titularidad y hoy
puede dedicarse a ser ese jugador desequilibrante. Con los tres puntos y
escalando posiciones el objetivo de pelear por un lugar en la Libertadores está
latente. Cinco puntos lo separan al equipo con un partido menos y si Rigoni
sigue en este nivel las cosas serán mucho más sencillas.
Fuente Diario Popular
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