Los jugadores están convencidos sobre el estilo de juego que
propone Milito y confían en llevarlo a cabo para triunfar.
Eufórico, así vive los partidos el entrenador del Rojo
(Foto: Jorge Sánchez).
Por Fabian Rodriguez
"Trataremos de jugar respetando las formas y el estilo
del club. Quiero un equipo valiente, que asuma riesgos, que nos identifique y
nos represente”. Esas fueron las palabras de Gabriel Milito al ser presentado
como nuevo entrenador el viernes 20 de mayo. Desde que arrancó a trabajar el 13
de junio, el hombre de los rulos al viento le inculcó a sus jugadores la
necesidad de ser protagonistas, de jugar el balón al ras del piso y de
arriesgarse en busca de conseguir imponerse a los rivales. A base de intensos
entrenamientos con ejercicios para aplicar los conceptos y a través de los
partidos preparatorios, el técnico logró convencer y demostrarle al plantel que
la estrategia empleada es la más adecuada para llegar al triunfo.
“Desde el día uno en la pretemporada, el técnico hizo
hincapié en la forma de jugar. Tratamos de hacer al pie de la letra todo lo que
nos pide”, describió Torito Rodríguez, quien se ubica como único mediocampista
central en un sistema 4-3-3. Las premisas ofensivas se basan en la tenencia del
balón -que cuenta con la intención de realizar un inicio prolijo desde la
defensa-, la circulación del mismo, el aprovechamiento de las bandas para
desequilibrar y la búsqueda de sociedades.
“A Gaby no le gusta el pelotazo, pero a veces no queda
otra”, declaró Nicolás Figal, quien volvió de Olimpo porque el DT confía en sus
condiciones y podría ganarle el lugar a Pellerano cuando Víctor Cuesta vuelva
de los Juegos Olímpicos. El sistema defensivo se focaliza en la presión desde
la delantera y la reducción de espacios para tapar a los posibles receptores.
Ese ahogo al rival, el entrenador lo adquirió en su estadía en Barcelona con
Pep Guardiola.
Hoy se cumplen 50 días de la asunción de Milito. Un lapso
breve para formar un equipo. Por esta razón, no es extraño que aún falte mayor
coordinación en el escalonamiento defensivo. Al mismo tiempo que el sistema
debe incrementar la fluidez en la generación y la precisión de los pases. Un
ítem en el que Martín Benítez, punta que fue retrasado e hizo un enroque con
Rigoni, necesita progresar para no dejar expuesto a la defensa.
El Rojo está en marcha -y convencido de la idea del técnico-
será cuestión de darle tiempo, paciencia y rodaje para desarrollarse.
Fuente Olé
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