El Gobierno juega fuerte por la Superliga: mandó un emisario
a Suiza a sondear si FIFA banca una posible ruptura y ve con agrado una
intervención judicial a AFA.
Gianni Infantino, presidente de la FIFA.
Por: Gustavo Grabia
Si la autopista no está asfaltada, el atajo siempre te puede
llevar a la meta. Esa es la filosofía del Gobierno y de los clubes que
auspician la formación ya de la Superliga, para torcerle el brazo a Hugo Moyano
y el Ascenso que pretenden diferir el tema al 30/6, cuando se realicen las
elecciones para presidente. La guerra está declarada e involucra a la Justicia
y a la FIFA.
Para entender la pelea por dinero y poder hay que remontarse
a la reunión que tuvieron un mes atrás en Olivos el presidente Mauricio Macri;
el secretario general de Presidencia, Fernando De Andreis; el jefe de Gabinete,
Marcos Peña, y el titular del Fútbol para Todos, Fernando Marín, con Daniel
Angelici, Matías Lammens, Rodolfo D’Onofrio y Víctor Blanco. Ahí comprendieron
que no tenían los votos para ganar la elección y que ese trono parecía para
Moyano. Y si algo no quiere el Gobierno es tener enfrente a un peso pesado
manejando el mundo del trabajo y el del ocio. Entonces se activó la idea de
acelerar la Superliga, para quedarse con las categorías más importantes del
fútbol y profesionalizar las estructuras dejando atrás, aseguran, los resabios
grondonistas. De entrada sugirieron con éxito a la jueza Servini de Cubría que
acelerara la causa del desmanejo del Fútbol para Todos.
¿Tutto pasa?
No fueron casualidad las indagatorias para Luis Segura,
Carlos Portell, José Luis Meiszner y Miguel Silva, entre otros. Al toque la
AFIP reclamó en la Justicia impuestos impagos y trabó embargo contra AFA por 55
millones de pesos. Pero no terminaron por doblegar al ala rival. Entonces, el
lunes se jugó la carta fuerte: Boca, River, Racing y San Lorenzo renunciaban a
la AFA y provocaban, supuestamente, una acefalía. Consultaron a la Inspección
General de Justicia y a los veedores y recibieron la misma respuesta: si esos
cargos son cubiertos por otros dirigentes, todo sigue igual y no hay
intervención judicial. Por eso dieron marcha atrás y creyeron que el martes
podían convencer a los reticentes. Pero tampoco sucedió. Entonces cranearon el
último recurso: provocar la renuncia de 23 miembros del Comité Ejecutivo
(aseguran tener esos votos) y ahí sí, según les confirmaron en Tribunales,
habría acefalía y se permitiría la intervención bajo la figura de un
coadministrador judicial. El problema es que FIFA no permite que ninguna
entidad afiliada tenga dentro al Poder Judicial. Así corren riesgo las
participaciones de los clubes en los torneos continentales y hasta las de la
Selección. Para saltar esa barrera, viajó a Suiza el martes Fernando Marín,
quien ayer estuvo viendo en Basilea la final de la Europa League y hoy se reúne
con Gianni Infantino, presidente de la FIFA, para sondear el aval de la entidad
a una posible ruptura o intervención judicial. Y si el tano da el guiño, o
Moyano y el Ascenso no negocian, el cisma será una realidad más concreta.
Los grandes presionan
River, Boca y San Lorenzo son la primera línea del ala más
rupturista. Dispuestos a formar la Superliga, pretenden manejar los recursos y
que sólo la Primera y la B Nacional sigan siendo profesionales. Cuentan con el
apoyo de Racing, Huracán y Estudiantes.
Los moyanistas resisten
El presidente de Independiente, empujado por Ascenso Unido,
el movimiento comandado por su yerno Chiqui Tapia, sabe que se impondrá en las
elecciones del 30 de junio. Por eso intenta que nada cambie hasta esa fecha y
luego negociar, ya con el poder.
Fuente Olé


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