Al Rojo le fue mal cada vez que especuló ante Racing y
Pellegrino avisó que van a atacar. Para eso repetirá el equipo, toda una
rareza.
Los jugadores están convencidos de que si salen a asfixiar a
Racing van a tener muchas chances de lastimar.
Por Favio Verona
Dicen que los errores son una oportunidad. Una puerta que se
entorna para darle paso a la posibilidad de aprender. En el último clásico de
Avellaneda, Independiente se puso en ventaja en el epílogo, pero decidió
aferrarse al resultado, cedió terreno y pelota y el triunfo se le escurrió: fue
1-1. El Rojo, que ya de arranque había salido a especular, cosechó un punto,
pero fue derrotado por los miedos que lo paralizaron cuando el partido
demandaba tenencia. “Nos equivocamos en meternos tan atrás”, se sinceró algunos
días después Nicolás Tagliafico. Pasaron 62 días y el equipo parece haber
aprendido la lección. Además del mencionado antecedente, lo que sucedió en la
Liguilla da la pauta de que a Independiente no le va bien cuando especula. Lo
hizo en el duelo de ida de esa serie, en el que los hinchas le recriminaron al
técnico que el equipo no salió a atacar con decisión. Y cayó 2-0 de local.
Empujado por la obligación de ganar, en la vuelta salió al Cilindro con la
intención de llevarse puesto a Racing y estuvo al borde de la hazaña: ganó 2-1
convirtiendo el segundo gol con dos hombres menos y casi mete el tercero. Sin
más preámbulos, Mauricio Pellegrino está convencido de que deberá jugarle a la
Academia como lo hizo en ese encuentro. O en la última fecha ante Vélez (2-0).
Y para eso repetirá la fórmula, lo que es noticia contemplando que el
entrenador probó 35 equipos en los 37 partidos de su ciclo.
“Tenemos que aprovechar las experiencias del pasado para
aprender cómo hay que jugar estos partidos. A medida que uno acumula encuentros
de este tipo, los juega mejor. Veo al equipo con mucha fuerza para revertir
algunas situaciones”, comentó Longaniza. La idea será plantarse en campo rival,
jugar con todas las líneas adelantadas, desbordar con Rigoni apareciendo por
ambas bandas para sorprender y desconcertar a los laterales. También aprovechar
el empuje de Cebolla Rodríguez y rezarle una plegaria al irregular Claudio
Aquino para que pueda crear asociaciones como lo hizo ante Vélez.
“El desafío será tener precisión en ataque. Va a ser un
partido de ida y vuelta. Iremos por todo, no podemos especular”, aseguró el
entrenador. En Independiente saben que el partido demandará un gran despliegue
físico, ya que no pueden darse el lujo de defender mano a mano ante delanteros
capaces de jugar dentro y fuera del área para autogestionarse espacios. Pero
igual consideran que sin riesgos no habrá premios. Confían en la seguridad de
Martín Campaña y en Víctor Cuesta para defender el territorio propio a punta de
pistola.
En el Rojo advierten que la presión alta es la mejor receta
para resquebrajar a una defensa endeble que suele exhibir grietas ostensibles,
aunque el equipo deberá ganar la pelota para no quedar en el terreno de las
intenciones. “Si no lo logramos, seremos inofensivos”, reconoció el técnico,
quien piensa que en este partido no hay mejor opción que dar un paso al frente.
Los jugadores coinciden. Independiente deberá atacar. No sufrir ataques de
pánico.
Fuente Olé
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