Sólo en los 20' iniciales hubo circulación y llegadas.
Luego, todo muy feo. Pero nos salvó el arquero, sólo para mantener los 23
partidos de ventaja en el historial. Eso, es menos que nada.
Por Beto Tisinovich.
A no ser que los milagros diablos vuelvan a escena, la
ilusión de pelear el hasta el final se va desvaneciendo. Un poco por lo malo
del arranque del torneo y otro tanto por la falta de ambición que el equipo
tuvo contra Sarmiento, Olimpo y anoche con los vecinos. Y si bien hace siete
partidos que no conocemos la derrota y llevamos más de cuatro sin que nos
conviertan, todo pero todo el mérito es de Martín Campaña. Sí, el arquerito
uruguayo que demostró que está a la altura de defender el arco rojo. Ojo, no le
voy a dar el crédito al cuerpo técnico de que hoy esté atajando, ya que si no
fuera por la presión de la directiva todavía estaríamos esperando a ver cómo se
desempeña. Esto habla a las claras de lo mal que se terminó jugando contra el
rival de siempre, que cuando puso a tres de sus habituales titulares nos pasó
por arriba. Y si no fuera por el golero oriental, hoy estaríamos con más bronca
por una derrota que hubiese sido catastrófica.
El equipo venía de jugar su mejor partido del año contra los
pibes de Vélez y el DT pensó en afrontar el clásico con el mismo 11. Error,
grosero error. A pesar de que en los primeros 20´ hubo buena circulación y
llegadas, después todo fue pelotazo para que el solitario Fernández se las
arregle. Y si bien el ex Godoy Cruz va a todas, no es un jugador que te pueda
resolver en espacios reducidos una situación o creársela. Entonces, el poco
juego que puede aportar Aquino, más allá de que algunos por su actuación frente
al Fortín lo vieron un parecido a Bochini, más lo errático que estuvo Méndez
como en todo el 2016, quedamos sólo con la esperanza de un desborde de Rigoni o
que alguna vez Toledo mandara un centro decente para que algún compañero
tuviera la chance de convertir. Con la salida del otra vez lesionado Cebolla,
la entrada de Vera aportó más confusión. A Viruta se le notó que no estaba para
jugar, lo mismo que a Benítez, y eso que ambos fabricaron un par de
oportunidades. Acá tampoco se entendió la salida de Rigoni, y si bien Denis
tenía que estar en cancha, no era Méndez el que debía salir. Con Romero
manejando los hilos, el conjunto quedó partido. Cinco atrás y cinco adelante. A
los bochazos para que no ganemos la pelota ni en la segunda jugada. Terminamos
jugando feo. Pero nos salvó Campaña, sólo para mantener los 23 partidos de
ventaja en el historial. Eso, es menos que nada.
Fuente Olé
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