El Cebolla Rodríguez tendrá tres semanas de recuperación.
Por Isaias Blaiotta.
El Cebolla volvió a lesionarse: sólo jugó el 39% de los
minutos desde que llegó a Independiente ¿Puede un futbolista tan intermitente
ser la pieza angular en el funcionamiento de un equipo?
Nadie elige cuándo lesionarse, pero a veces las desgracias
caen en el momento menos indicado. Cristian Rodríguez estaba transitando su
mejor momento desde que llegó a Independiente. La distensión en el bíceps
femoral de la pierna que sufrió en el debut de este torneo ante Belgrano había
quedado definitivamente atrás. Sus partidos ante Sarmiento, Olimpo y Vélez eran
una clara muestra: por primera vez enlazaba tres encuentros consecutivos
jugando los 90'. De hecho, la única vez que había completado un encuentro hasta
esta seguidilla fue en el 2-1 ante Nueva Chicago.
El más perjudicado de esta situación, además del propio
jugador, es Mauricio Pellegrino. Lo mimó, lo elogió, lo ensalzó. Comparó la
importancia del Cebolla en su esquema con la de Messi en el Barcelona y hasta
soltó un "él y diez más". Pero una nueva lesión se lo roba del sprint
final. El entrenador de Independiente trató de buscarle un hueco en el equipo
siempre que lo tuvo a disposición. Y el último esquema (4-2-3-1) parecía ser el
que mejor le cabía. De hecho, se la jugó al quitar un 9 (Denis) para componer
el doble cinco y rodearlo de dos jugadores (Aquino y Rigoni) que puedan
asociarse con el uruguayo, con el objetivo de no cargarlo de responsabilidades
en la recuperación. Pero la nueva lesión tira todo atrás.
El hincha se encuentra en una paradoja. Por un lado, lo
considera titular indiscutido y aplaude cada aparición. Por otro, se angustia
con las constantes lesiones. ¿Hasta qué punto se le puede sacar provecho a un
Cebolla, que dentro de la cancha es clave (6.10 promedio Olé) pero tan sólo
jugó el 36% de los minutos disponibles? Desde que debutó frente a Defensa (14
de agosto del 2015) se perdió once partidos, incluyendo el encuentro ante Lanús
por Copa Argentina y la vuelta ante Independiente Santa Fe por Copa
Sudamericana, casualmente siendo éstas las dos eliminaciones del Rojo. Jugó 22
partidos (13 de titular) y marcó tres goles: 2-1 vs Nueva Chicago, 4-3 vs
Belgrano por la Liguilla; 2-1 vs Racing en el Cilindro. De hecho, ya son siete
las lesiones musculares en los nueve meses que lleva en Avellaneda.
Su contrato finalizará en junio de 2017. Temas dirigenciales
y económicos aparte (el propio jugador pagó su salida del Atlético de Madrid y
el Rojo prometió devolverle ese dinero en cuotas, aunque aún adeuda algunas de
ellas), la continuidad del uruguayo es una incógnita. Más allá de si vuelve o
no a jugar en este semestre -llegaría a la última fecha ante Quilmes-, la
situación merece un análisis más profundo. ¿Puede un entrenador cambiar
reiteradamente su esquema en función de si se lesiona o no su jugador más
importante? ¿Es sólo una mala racha o su físico le está pasando factura? Es
indudable su calidad pero, por ahora, la mostró a cuentagotas. Más allá de las
discusión que se reabrirá sobre su continuidad o no, sobre todo por su sueldo y
el fastidio -¿justificado?- de algunos dirigentes, el ítem a analizar debe
pasar por el ámbito puramente futbolístico. ¿Puede imaginarse un equipo para el
próximo semestre en torno a lo que pueda producir Cristian Rodríguez, cuando
este ya padeció siete problemas físicos en menos de un año y se ausentó en más
de la mitad de los encuentros? Esa pregunta deberá respondersela Pellegrino o
quien sea el próximo DT.
Fuente Olé
Publicó El Gran Campeón
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