Independiente y Racing están delante de una serie que dejará
una marca; la clasificación a la Copa, las despedidas y el plan para 2016;
juegan el domingo, a las 18
Por Francisco Schiavo
Foto: LA NACION /
Fabián Marelli
Independiente y Racing jugarán los dos clásicos más
importantes de los últimos años. Hace mucho que no se recuerda un mano a mano
tan determinante en cuanto a lo deportivo y a lo sentimental.
Primero, porque
además de toda la carga emocional que de por sí tiene el duelo, uno quedará en
el camino en busca de un lugar en la Copa Libertadores.
Segundo, por la
cantidad de detalles que condimentan la final de la Liguilla pre-Libertadores.
Y, tercero, por los antecedentes recientes que muestran las potencias de
Avellaneda.
La Copa Libertadores es un desvelo para ambos. Independiente
quiere abrazarla después de toda la desgracia deportiva que vivió. El
presidente Hugo Moyano la puso entre sus prioridades no bien asumió su gestión,
a mediados de 2014. Nada más le importó, pese a que los primeros pasos lo
obligaron a estabilizar un club a la deriva y devastado por las deudas. Quienes
conocen al líder sindical saben que las cuestiones que rodean al torneo
continental lo movilizan tanto como algunos aspectos de la política nacional.
Moyano había insistido en una idea en la campaña electoral en el club:
"Volver a ser el orgullo nacional". La repitió una y otra vez ya en
el sillón de la sede de la avenida Mitre. Y no es un dato menor que ésta es la
última oportunidad que tiene Independiente para clasificarse, ya que no pudo
hacerlo por el torneo local, la Copa Argentina ni la Copa Sudamericana.
"Si nos clasificamos vamos a cerrar un gran semestre. Estamos
en club con mucha historia. De los árbitros no hablo porque confío en mis
compañeros. Habría que preguntarles a sus hinchas [por Racing], pero, por lo
que pasó la última vez, creo que si podían esquivarnos, lo hacían" (Martín
Benítez)
Para Racing, la posible vuelta a la Copa tendría aires de
desquite tras la dura eliminación de este año, luego de haberse consagrado en
el torneo local 2014. Era el campeonato ideal por el envión, por el peso de
figuras como Diego Milito y Gustavo Bou, y por la efervescencia que se generó a
su alrededor. Pero no pudo. Guaraní, de Paraguay, lo eliminó en los cuartos de
final, luego de una mala noche en Avellaneda, en la que la Academia no pasó del
0-0 (había perdido 1-0 en Asunción). Sin advertirlo en ese momento, fue una de
las situaciones que, a la larga, más lamentó el entrenador Diego Cocca.
Precisamente, Cocca encaja en esta historia como una de los
vértices: tras la serie se despedirá de la dirección técnica de Racing. Sí, justo
ante los Rojos, que marcaron la carrera de Cocca en el banco de suplentes
albiceleste. Una frase antes de su bautismo en el duelo de Avellaneda casi le
cuesta el puesto por el rechazo de la gente: "Prefiero perder el clásico,
pero pelear el título". Cayó derrotado (1-2), pero al final fue campeón.
Tuvo revancha en el torneo siguiente, en el que la Academia se impuso por 1-0.
Y, en el último, Independiente, ya con Mauricio Pellegrino, le dio una paliza
táctica: 3-0, en el Libertadores de América. "Siempre es un privilegio
jugar un clásico. No importa la circunstancia", manifestó Cocca no bien se
enteró de que Independiente se cruzaba otra vez en el camino.
Pellegrino, con una historia mucho más corta en
Independiente, se ganó el respeto de los hinchas a fuerza de resultados
convincentes de un perfil bajo, meticuloso y firme. Sabe que con un éxito
conseguirá definitivamente la aceptación de un público que, en principio, le
fue esquivo por eso de las "escuelas".
"Me pareció bien lo que dijo Saja. Igual hay que entender que
los árbitros son seres humanos y pueden equivocarse. Han parado árbitros por
haber perjudicado a Racing, no por haberlo favorecido. No creo que el problema
sea de árbitros, sino de técnica" (Víctor Blanco)
Será una prueba aparte porque ambos tendrán que adaptarse a
las ausencias importantes. No estará Diego Milito, de controvertida expulsión
en el 2-1 ante Estudiantes. Justo el líder emocional, que en esta serie podría
estar jugando sus últimos partidos en la Academia. Del otro lado, también se lo
perderá Jesús Méndez, que vio la tarjeta roja una vez finalizado el 4-1 ante
Belgrano: vio la segunda amarilla por sacarse la camiseta dentro del campo. El
volante era de los mejores en los últimos partidos y fue la figura en el ya
mencionado último clásico.
Las miradas se posarán filosas sobre los árbitros después de
las últimas polémicas en un lado y otro, pero, sobre todo, tras las palabras de
dos emblemas. "Siempre vamos a creer que el resultado final será por lo
que hagamos nosotros dentro de la cancha, pero estamos pasando un momento muy
determinante en el fútbol argentino con el tema del arbitraje. Sabemos que la
cancha de Independiente genera mucha presión a los arbitrajes, lo hemos visto
en varios partidos, sobre todo en los últimos", dijo Sebastián Saja. Y
Federico Mancuello retrucó: "Hablar hace que los caminos sean diferentes.
Es una lástima porque nosotros hablamos dentro de la cancha. Esas palabras [las
de Saja] se pueden analizar de distintas formas. Son finales y cada uno busca
su estrategia para influir en el árbitro, la realidad es que serán 180 minutos
de fútbol y es el partido más lindo que tenemos por jugar". Hasta
intervino Pellegrino: "Lo entendería mas [por el mensaje de Saja] si el
que viniera fuera Crucero del Norte". El "efecto Avellaneda" es
tan fuerte que hasta arrastró a un DT que casi nunca se detiene en esos temas.
Germán Delfino dirigirá el primer partido y Patricio Loustau estará en el
desquite.
Será una pulseada única para varios de los jugadores. Ya se
mencionó el caso Milito, pero otros también podrían despedirse. En Racing se
habla de la partida de dos pilares: el zaguero Luciano Lollo y el goleador Bou.
En Independiente se preguntan si el Ruso Diego Rodríguez podrá revertir la mala
relación con la gente. O si Víctor Cuesta y Martín Benítez, como se dice, se
irán a México el año próximo. De la clasificación a la Copa dependerán el
presupuesto, los refuerzos y las bajas para el año próximo.
Hace rato no se recuerda un clásico de Avellaneda con tanto
nervio. En un rápido repaso, los de Independiente marcan aquel de diciembre de
1983, que terminó con el título propio y con Racing en la B. Los de la Academia
se regodean con el último descenso de los Rojos, en 2013, y ríen por aquel
éxito en la Supercopa 92, en la que eliminaron al tradicional rival con un gol
con la mano de Claudio García, en el 2-1 en el Cilindro. La revancha terminó
0-0.
Nada de consuelo tendrá el perdedor, pese al lugar reservado
en la Copa Sudamericana. Independiente y Racing saben dónde está la mayor
ganancia: en la Libertadores, en sentirse felices en un partido que vale doble.
Pellegrino prueba variantes por si no llega Mancuello
Federico Mancuello quiere jugar el clásico pese al esguince
en el tobillo izquierdo, aunque el DT de Independiente, Mauricio Pellegrino,
prefiere cuidarlo para la revancha en Racing. Por eso practicó con Matías
Pisano en lugar del capitán. El otro cambio sería el ingreso del uruguayo Diego
Rodríguez, en lugar de Jesús Méndez, suspendido. Así, la probable formación es
D. Rodríguez; Toledo, Pellerano, Cuesta y Tagliafico; Ortiz y D. Rodríguez
Berrini; Benítez, C. Rodríguez y Pisano o Mancuello; Vera.
Cocca piensa en un esquema con un solo delantero: Bou
Diego Cocca cambiaría el esquema en Racing por dos motivos:
la ausencia de Diego Milito, suspendido, y porque sabe que, como local,
Independiente tratará de hacer una buena diferencia para el desquite. Entonces,
el entrenador practicó con Gustavo Bou como único atacante. Además, los
defensores Luciano Lollo y Nicolás Sánchez superaron las molestias y no tendrán
inconvenientes para ser titulares. El equipo se alinearía con Saja; Pillud, N.
Sánchez, Lollo y Grimi; G. Díaz, Cerro, Aued y Acuña; Romero; Bou
Fuente Cancha Llena
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