Por Denis Fabricatore
Independiente terminó la Copa de Oro con un partido para el
olvido. En Mar del Plata, el equipo de Jorge Almirón fue vapuleado 4-0 por
River y no pudo quedarse con el triangular de verano. Fernando Cavenaghi,
Rodrigo Mora, Camilo Mayada y Leonardo Pisculichi le pusieron cifras a una
derrota durísima del Rojo, que terminó con un jugador menos por la expulsión de
Jesús Méndez.
Cuesta entender cómo un equipo que por momentos mostró buen
fútbol haya sido aplastado de una manera tan escandalosa. En los primeros
minutos se vio la propuesta de jugar al ras del piso, a un toque, con
prolijidad y mirando el arco de enfrente. Francisco Pizzini tuvo una chance
clara a los 13 minutos con un remate cruzado que se fue cerca del palo
izquierdo. El equipo buscaba generar peligro, pero la propuesta de a poco se
fue diluyendo por errores infantiles y desatenciones graves.
A los 21 minutos, el gol de Cavenaghi fue el primer golpe
que empezó a desmoronar el planteo de Independiente. La falla de Emiliano Papa
y la grosera pifia de Víctor Cuesta le dejaron servida la pelota al Torito, que
la bajó y definió sin problemas. Más allá del gol, el Rojo tuvo chances
inmejorables para empatar. La más clara la tuvo Pizzini, quien pifió un remate
adentro del área tras una gran jugada colectiva. Así, fallando en la definición
y sufriendo con los avances de Gonzalo Martínez, llegó un momento clave: la
expulsión por doble amarilla de Jesús Méndez, que jugó al límite en todo el
primer tiempo.
Si bien tuvo a tres de sus cuatro refuerzos en cancha,
Independiente no pudo hacer mucho para cambiar la historia. El fútbol se había
apagado, las chances de gol brillaban por su ausencia y River crecía
aprovechando errores. El partido se terminó a los 8’ del complemento, cuando
Mora ganó la pelota tras un mal cierre de Cuesta -de muy floja tarea- y venció
al Ruso Rodríguez con un tremendo remate cruzado. Fue ahí cuando el Millonario
empezó a florearse y amplió la ventaja a través de Mayada -en claro offside- y
Pisculichi –tras una buena acción colectiva-.
Independiente sólo se acercó con dos buenos remates de
Benítez que encontraron atento al arquero Julio Chiarini. La idea de jugar
prolijo y a un toque se desvirtuó por completo, y el rendimiento terminó siendo
más que pobre.
Con el Clásico ante Racing en la mira, Almirón deberá trabajar
mucho para dejar atrás tantos errores infantiles y cambiar la pálida imagen que
dejó el Rojo en Mar del Plata.
Fuente LxR
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