Nota de rrrojo: El título es de este blog.
A continuación lo que opina PlayFutbol.
La enorme jerarquía de Messi le dio a la Selección un triunfo "olvidable" frente a Suiza en la gélida noche de Berna
Tres goles del mejor jugador del Mundo -el último de penal y
sobre la hora- le permitieron a Argentina sacarse de encima por 3-1 a un rival
incómodo, que durante casi todo el trámite nos jugó de igual a igual y de a
ratos, nos superó.
El empate parecía clavado pero un grave error del fondo
"helvético" finalizando el encuentro, dejó solo a la
"Pulga", quien la picó ante la salida del arquero.
Antes, apenas comenzado
el segundo tiempo, el conjunto local había llegado a la igualdad, gracias a una
distracción defensiva y a un preciso zurdazo de Shaqiri -el llamado "Messi
Suizo"-.
En Argentina, lo mejor fue la dupla Messi-Agüero, después
reforzada por Higuaín.
En la primera mitad, tras una gran combinación entre
ambos, la "Pulga" abrió el marcador con su categoría habitual.
En
síntesis, Sabella fue a probar y sólo confirmó lo obvio, la tremenda calidad de
sus delanteros. ¿El resto? poco y nada
En los primeros minutos de partido se vio a una Selección
atada en lo defensivo, donde Suiza imponía mucha presión con sus hombres de
ataque para dificultar la salida limpia de los jugadores argentinos.
Con una
línea de cuatro bien plantada en el fondo y dos cincos defensivos, como Rodrigo
Braña y Javier Mascherano, el equipo de Alejandro Sabella intentaba apoderarse
del balón y dárselo a los que más saben: Lionel Messi y Sergio Agüero.
La presión suiza fue perdiendo voracidad y la Selección
encontró las formas de lastimar.
La sociedad entre “La Pulga” y “El Kun” fue
encontrando el camino, y tanto Maximiliano Rodríguez como José Sosa comenzaron
a preocupar con sus constantes movimientos.
Fue a los 17 cuando Argentina tuvo
su primera chance clara, con una jugada entre Messi y Sosa donde el ex jugador
de Estudiantes definió de forma imperfecta cuando había quedado de cara al gol.
Dos minutos después, Messi enarboló una jugada de ataque,
tomó la pelota y la jugó para Agüero, que en la medialuna del área paró el
balón, aguantó la marca y asistió a “La Pulga” de taco, para que domine el
esférico y definiera a la perfección entrando al área.
Golazo.
No solamente por
la estocada final, sino por la concepción.
Así Argentina tomaba distancia y
aplacaba un poco las ganas suizas, que sin muchas ideas pensaba siempre en el
arco rival.
En los últimos quince de la primera parte, Suiza volvió a
apretar y Argentina optó por replegarse y jugar de contra.
Así, los locales
tuvieron sendas oportunidades, primero con el prolijo lateral izquierdo
Rodríguez, después con un remate de Xhaka. Ambos se fueron desviados, pero
dejaban en claro la paridad del partido.
¿La diferencia? La perla de Messi
cuando el partido pedía un cambio de aire.
El segundo tiempo fue un bostezo permanente. Argentina
dependió más que nunca de Messi y Agüero y cayó en ese vicio constante.
No tuvo
ideas de juego, no hubo evolución futbolística y el equipo fue opaco en todas
sus líneas, porque no existió el funcionamiento colectivo.
Suiza aprovechó el
primer bajón visible y a los cuatro del segundo tiempo igualó a través de
Shaqiri tras un desacople defensivo.
Argentina no tuvo génesis de juego, padeció de volumen y
falló en el destino de los pases y en los movimientos previos.
Se basó en darle
la pelota al rival para reagruparse y salir de contra…sí, contra Suiza, un
equipo clase B de Europa.
Si bien fue una prueba pensando en lo que serán las
Eliminatorias, lo que mostró la Selección fue una involución, como últimamente
viene ocurriendo en el fútbol argentino.
Pero la Selección tiene al mejor del mundo, que en los
últimos cinco minutos de partido se vistió de superhéroe y regó la cancha de
magia, fútbol y brillantez.
Sí, Lionel Messi, al igual que lo hace en el
Barcelona, fue el amo y señor del triunfo argentino.
Primero aprovechó un robo de Agüero para edificar una
definición preciosa ante la salida del arquero, y luego decoró el resultado de
penal, tras una falta a Higuaín.
Era un empate clavado, con un rendimiento
argentino que fastidiaba.
Pero apareció “La Pulga”, el mejor del mundo, el de
siempre, el del Barcelona.
Fue 3-1, por la magia del rosarino, las pinceladas
del “Kun” y los errores del rival.
En el bosque, aún la fruta está
inmadura.
Formaciones:
Suiza: Diego Benaglio; Stephan Lichtsteiner, Philippe
Senderos, Francois Affolter, Ricardo Rodríguez; Gokham Inler, Blerim Dzemaili;
Xherdan Shaqiri, Granit Xhaka, Fabian Frei; Admir Mehmedi. DT: Ottmar Hitzfeld.
Argentina: Sergio Romero; Hugo Campagnaro, Federico
Fernández, Ezequiel Garay, Pablo Zabaleta; Maximiliano Rodríguez, Javier
Mascherano, Rodrigo Braña, José Sosa; Lionel Messi y Sergio Agüero. DT:
Alejandro Sabella
Estadio: Stade de Suisse Wankdorf
Árbitro: Florian Meyer (Alemania)
Fuente Play Futbol
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