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miércoles, 13 de noviembre de 2024

A 18 años de la última clásica sonrisa en la Doble Visera - Video

El Rolfi, protagonista del último capítulo del Clásico de Avellaneda en la Doble Visera.

Por Bruno Carbajo

 

Un día como hoy, la antigua casa del Rojo deliraba, una vez más, con una victoria en el Clásico de Avellaneda, la cual sería previa a su posterior demolición.

 

Dicen que las mejores historias son las que tienen finales felices. Y la novela entre la mítica Doble Visera y el Clásico de Avellaneda, a favor del lado Diablo, puede corroborar tal afirmación. Encuentra su justificación en una fecha como hoy, pero de 18 años atrás, cuando Independiente venció 2-0 a Racing, con doblete de Daniel Montenegro, en un duelo para la historia al ser nada menos que la última edición de aquel encuentro que albergaría el primer estadio de cemento del país previo a su demolición.

 

La Doble Visera se vistió de gala por última vez y el Rey de Copas no le falló. Aquel 12 de noviembre de 2006, Independiente recibió a Racing, en un recinto repleto, por la fecha 15 del Apertura. La Academia, dirigida por Reinaldo Mostaza Merlo, apuntaba todo a amargar el último baile Clásico de la estructura levantada en la antigua intersección de Adolfo Alsina y Almirante Cordero. Al punto que venía de jugar en la fecha anterior contra Banfield con un equipo conformado por ocho habituales suplentes.

 

Sin embargo, con Jorge Burruchaga a la cabeza, el Rojo volvió a reinar en el infierno de la mano del Rolfi Montenegro. Aquella tarde, Independiente salió a la cancha con:  Ustari; Abraham, Gioda, Rodríguez; Machín, Herrón, Orteman, Eluchans, Díaz; Montenegro y Denis. Terminó ingresando Lorgio Álvarez por Gastón Machín, en los primeros minutos del segundo tiempo.

 

Tan solo bastaron siete minutos para que la Doble Visera viva su última jornada haciendo valer el historial, cuando Montenegro abrió el marcador a través del punto penal. Y a pesar de varios intentos rivales por igualar las tablas, que fueron anulados por un impecable Ustari, quien volvería a festejar fue el Rolfi, a los seis minutos del complemento, tras picársela sutilmente al arquero cuando todo parecía que el poco ángulo del que disponía para rematar transformaba en imposible la definición.

 


Avellaneda se teñía una vez más de rojo e Independiente tomó la confianza suficiente que le hizo tener en la palma de su mano la chance de transformar al encuentro en una goleada. Pero desde el lado de enfrente no permitieron coronar lo que pintaba para una jornada aún más histórica. A los 19 minutos, disturbios ocasionados en la tribuna visitante provocaron que el árbitro, Horacio Elizondo, decidiera suspender el partido.

 

Y así, la Doble Visera se despedía para siempre de los Clásicos de Avellaneda no solo con una victoria, sino que entonando al unísono una canción que se había vuelto costumbre por aquellas épocas. “El que no salta, abandonó”. Se trataba del tercer clásico en seis años que, cuando Independiente ganaba 2-0, el público de Racing ocasionaba el revuelo suficiente para derivar en la suspensión del partido. Secuencias trasladadas directamente a los libros de historia, que permiten regresar en el tiempo a la última vez en la que la Doble Visera mostró su clásica sonrisa.

 

 

Fuente Infierno Rojo


 

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